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LOS MILAGROS EN LOS EVANGELIOS nocimiento de la acción “taumatúrgica” de Jesús, reflejada, sobre todo en su actividad exorcista y sanadora. Llegándose a la paradoja de que “se puede decir sin exageración que no es nada raro que un antropólogo agnóstico tenga muchas menos dificultades para admitir los milagros de Jesús que un teólogo supuestamente crítico y progresista”4. Sobre los llamados milagros epifánicos (Me 4,35-41; 6,45-52 y 9,2-10), así como los relatos de resucitación de muertos (Me 5,21- 43 par.; Le 7,11-17; Jn 11,77-44), y el de la multiplicación de panes y peces (Me 6,36-42 par.), atestiguado por los cuatro evangelistas, existe un debate más prolijo y con menos nivel de coincidencia a la hora de precisar su valoración histórico-teológica y sus posibles “dependencias” pascuales. Destacando, también, la posible influen­ cia de la tradición de los profetas taumaturgos Elias y Eliseo (I Re 17,17-24; II Re 4,42-44). DO S DATOS NEOTESTAMENTARIOS a) El testimonio de los evangelios: Es un dato destacado la presentación de Jesús como “tauma­ turgo”, aunque, rigurosamente hablando, Jesús no es presentado en los evangelios con ese perfil, sino como “dinamizador”, reali­ zador de “signos”. Es verdad que aparece el verbo “thaumazein” y el sustantivo “thaumasia” (Mt 21,15) para reseñar la impresión que suscitaba en la gente, pero eso más que calificar la naturaleza de sus hechos - “dynameis”- refleja la hermenéutica de los receptores. Las acciones “dinámicas”, “energéticas” de Jesús no son fin en sí mis­ mas, sino una modalidad de su predicación mediante actos podero­ sos y significativos. Lo veremos más adelante. En los evangelios sinópticos se detectan unos veinte milagros realizados por Jesús en favor de individuos o de grupos (Mt: 19; Me: 4 AGUIRRE MONASTERIO, Rafael, Qué se sabe de Jesús de Nazaret, Estella, Verbo Divino, 2009. NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 119-146, ISSN: 0470-3790 123

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