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DOMINGO MONTERO fético, los perfiles de la nueva realidad que él vino a anunciar: el reino de Dios. En torno a siete puntos o enunciados podría articularse la signi- ficatividad de los milagros de Jesús. 1) P erfil cristológico Los relatos evangélicos de los milagros de Jesús son una cris­ to log ia en forma narrativa; pretenden responder a la pregunta: “¿Quién es éste?' (Me 4,41), “¿De d ón d e le viene esto?' (Me 6,2). Y lo hacen desde el conocimiento derivado de la fe pascual, lo que no significa una desfiguración o tergiversación del dato, pero sí una re- visión del mismo. Los milagros no son aspectos anecdóticos de la vida de Jesús, proceden del centro de su persona y orientan hacia él. Son irradiación multiforme de las manifestaciones del Hijo de Dios en favor de los hombres. Jesús, que rechazó en su vida el título mesiánico por las reso­ nancias político-nacionalistas que entrañaba para sus contempo­ ráneos, interpretó, sin embargo, sus actuaciones en favor de los pobres, enfermos y marginados como signos anunciadores de la era mesiánica, cuando “ oirán los sordos y verán los ciegos ” (Is 29,19), y “se les an u n c ia rá la bu en a nu eva ” (Is 52,7). Éste es el sentido pro­ fundo de la perícopa lucana de la sinagoga de Nazaret (4,16-20) y el de la respuesta de Jesús a la embajada del Bautista (Mt 11,2-6). Los milagros son una confirmación divina de la presencia de Dios en Jesús (Mt 12,28); prueba de su íntima y filial relación con el Padre (Jn 10,37-39; 11,41-44); de su condición de Señor de la vida (relatos de curaciones y resucitaciones) y de la naturaleza (Me 4,35-44). Desde los milagros de Jesús se responde a la pregunta formulada por el sumo sacerdote: “¿Eres tú el Cristo, el H ijo d el D ios bendito?' (Me I4,6lb). 2 ) P erfil salv ífico El hecho salvador, que afecta al hombre en su integridad de cuerpo y alma, aparece reflejado en los relatos de milagros (Me 2,1- 134 NAT. GRACIA LX 1/eneroabril, 2013, 119-146, ISSN: 0470-3790