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LA GRACIA ESPECÍFICA DE LA “MATERNIDAD DIVINA. cipan en la única mediación de Cristo, siguiendo siendo también su mediación participada “(n. 38). Podemos aducir la misma definición de la Asunción de María, que se expresa de esta manera: “ Para gloria de Dios Todopoderoso, que hizo objeto a María de su beneplácito especial .. '62. Un ‘beneplá­ cito especial’ es una gracia singular en añadidura a la gracia común de la filiación concedida a todos los bautizados. En María, sólo puede ser la gracia de la maternidad. De todos estos textos es fácil deducir la extraordinaria situación de María en el plan divino de la salvación. La maternidad divina es el fundamento, para San Lorenzo como para San Buenaventura y los teólogos en general, de que en nuestra relación con María debemos tributarle un culto, que sin ser de latría (culto debido a solo Dios), ha de ser superior a la veneración de los demás santos. “Por el hecho de que es la Madre de Dios, es superior a todas las otras criaturas, y conviene honrarla y venerarla sobre todas las demás. Este honor suele ser llamado por los maestros biperdulía33. Dice San Buenaventura: La Virgen María es pura criatura y por eso no le corresponde el honor y culto de latría ; pero, al tener el nombre más excelente que puede corresponder a una pura criatura, no sólo se le debe el culto de dulía , sino el de biperdulía 34. 32 “Ad omnipotentis Dei gloriam, qui peculiarem benevolentiam suam Mariae Virgini dilargitus est... DH 3903. 33 «Colimus quidem Deiparam Virginem, honoramus, veneramus, adoramus; non tamen deam facimus, nec Deo aut Christo aequalem constituimus; non enim ado- ratione latriae, ut theologi dicunt, sed duliae aut hyperduliae eam adoramus». Mariale: In salutationem angelicam, serm. X, n.7, 251. Lorenzo emplea frecuentemente el tér­ mino «adorar», con un sentido no identifícable con la adoración debida a solo Dios, a quien se debe de modo exclusivo el culto de latría según dice expresamente el mismo Santo Doctor. Cf. Marial: María de Nazaret. .. 44, nota 70. 34 «Dicendum quod Beatissima Virgo María pura creatura est; et ideo ad hono- rem et cultum latriae non ascendit. Sed quoniam excellentissimum nomen habet, ita quod excellentius purae creaturae convenire non potest, ideo non tantum debetur ei honor duliae, sed hyperduliae. Hoc autem nomen est, quod virgo existens, Dei Mater est, quod quidem tantae dignitatis est quod non solum viatores, sed etiam comprehen- sores, non solum homines, verum etiam angeli eam revereantur, quadam praerogativa speciali. Ex hoc enim quod Mater Dei est, praelata est ceteris creaturas et eam prae NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 95-115, ISSN: 0470-3790 111

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