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LA GRACIA ESPECÍFICA DE LA “MATERNIDAD DIVINA. sus propias vidas15. P. Largo Domínguez, se extiende en explicar la fraternidad (¡sororidad!) de María: «Está un ida en la estirpe d e Adán con todos los hom bres qu e h an d e ser salvados» (LG 53). Es una cria­ tura humana, plasmada de esta misma frágil y maravillosa arcilla de que estamos hechos todos. Hubo un tiempo en que María no existió. Tiene unos padres, una familia, un pueblo, una tradición. Como nosotros, María pasa por las distintas edades de la vida. Y no tiene la vida hecha ya de antemano. Es un ser humano que experi­ menta la flaqueza, el cansancio, el dolor (Zc 2,35) y la muerte; un ser humano que hace descubrimientos y que tiene también momentos o fases de perplejidad e incomprensión (Le 2,41-51). Es la «hermana con nosotros»16. Evidentemente no hay nada que oponer a la ‘Virgen Hermana’ en su condición humana natural, como Cristo ‘perfectus homo’. Igualmente es hermana de los redimidos por Cristo como primera redimida formando parte del Pueblo de Dios y santificando su vida de cada día en Nazaret. 6. MARÍA ES ANTE TODO ‘MADRE’ Pero María es ante todo ‘Madre’. Ya se ha indicado que la ver­ dad de la maternidad divina de María está revelada expresamente en el dogma fundamental del cristianismo: La encarnación del Hijo de Dios17. María es ‘Madre’ del hombre Dios y, como madre, Jesús la confía a los hombres en Juan, según se detallará más adelante. Con aprecio por la dimensión, también sobrenatural, de María como “nuestra hermana” por la naturaleza y por la gracia de la filiación divina, consideramos su ‘sororidad’ (calidad de ‘hermana’) un deta- 15 ELIZABETHJOHNSON: Truly OurSister: A Theology ofMary in the Commun- ion ofSaints (2003) New York: Continuum, 2003. 16 PABLO LARGO DOMÍNGUEZ, María, microcosmos de relaciones , en Eph. Mariol. 57(2007) 67-100. 17 K.-H. MENKE, o.c. 20. NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 95-115, ISSN: 0470-3790 105

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