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CARLOS MONTES PÉREZ Tal y como se expresa en la definición anteriormente descrita, este modelado de la atmósfera humana consiste en suscitar en las personas disposiciones, es decir, inclinaciones en su acción que pueden ser de dos tipos: estados de ánimo y motivaciones. Estas últimas son definidas, no como realización siempre de la misma acción, sino como la tendencia a realizarla. Cabe explicarla de un modo más amplio como la inclinación permanente a realizar cierta clase de actos y experimentar cierta clase de sentimientos en cierta clase de situaciones49. Es decir, que los símbolos sagrados actúan en el hombre religioso creando estados de ánimo y motivaciones50. Sin embargo esto no es todo. Cabe añadir que además surgen en momentos concretos muy determinados como donadores de sen­ tido y de significado ante la necesidad de responder a momentos de desconcierto, que según el autor se pueden resumir en tres fun­ damentales: El señalado en primer lugar se refiere al desconcierto producido cuando los humanos nos situamos ante realidades en los límites de la capacidad analítica. Sin duda las respuestas dadas por la especie humana ante esta situación son muy diversas; desde el intento de prolongar esta capacidad mediante el aumento de la base perceptiva, hasta la búsqueda de respuestas fuera del entendimiento humano, en el marco de la religión. Cuando el aparato de explica­ ción no logra dar respuesta satisfactoria a estos hechos que claman por la explicación, entonces se produce un profundo desasosiego que desafía a la experiencia51. De un modo similar se plantea la situación cuando nos encon­ tramos en el límite de la fuerza de resistencia. Respuestas que inten­ tan aumentar esta capacidad han formado parte de la experiencia humana. El problema del sufrimiento, del dolor y del duelo ha 49 Ver Cl. GEERTZ, O c., 93. 50 Los estados de ánimo y las motivaciones actúan en la acción humana de diferente manera, mientras que las motivaciones marcan el rumbo de la acción, los estados de ánimo determinan la intensidad de la misma. 51 La referencia fundamental en este momento de insuficiencia analítica es el estudio de Evans Pritchard sobre por qué caen los graneros sobre unos azande y no caen sobre otros. Ver: E. EVANS-PRITCHARD, Brujería, magia y oráculos entre los Azande. Anagrama, Barcelona, 1976. 86 NAT. GRACIA LX 1/eneroabril, 2013, 59-91, ISSN: 0470-3790

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