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CARLOS MONTES PÉREZ visión es interpretada como un subjetivismo radical, que se vincula a la vez con un formalismo extremo. Bajo esta perspectiva siempre se mantendrá la duda, opina Geertz, de si se consigue reflejar real mente lo que los nativos piensan, o son, por el contrario hábiles simulaciones37. En contra de la visión cognitivista, Geertz argumenta que los símbolos y los significados no se encuentran dentro de la cabeza de cada hombre, sino que se encuentra entre ellos, en su espacio público. Como actores sociales, se desarrollan dentro del ambiente de lo público. La cultura es algo público entonces, porque la sig nificación lo es. De modo que, una vez que la conducta humana es vista como acción simbólica, acción que significa algo, pierde sentido la cuestión de saber si la cultura es conducta estructurada o una estructura de la mente. Pero, no sólo se opone a la teoría cogni tivista, sino que también se coloca críticamente ante el conductismo burdo, la reificación superorgánica de Kroeber, y a otras muchas tácticas, que son consideradas, a su juicio, de carácter escapista, a la hora de abordar la interpretación de las culturas, para convertirla en folclore, o para recogerla y convertirla en rasgos, y contarla, para convertirla en instituciones y clasificarla, etc. Junto a esta descripción de los aspectos negativos, de lo que la cultura no es, centrémonos ahora en lo positivo, en lo que es. En primer lugar, la cultura se comprende mejor, no como comple jos de esquemas concretos de conducta, como son las costumbres, las usanzas, los hábitos, las tradiciones, sino que se entiende como mecanismos de control, del tipo de planes, recetas, fórmulas, etc. que gobiernan la conducta. De este modo, la cultura suministra el vínculo importante entre lo que los hombres son intrínsecamente 37 Estas diferencias entre las dos nociones de cultura, la simbólica y la cogni- tiva ha generado en los últimos años polémicas muy apasionadas entre los partidar ios de una y de otra, e incluso entre aquellos que buscan una solución conciliadora al conflicto. Para seguir el debate ver: W.H. GOODENOUGH, “On cultural theory. Buchsprechung: C. Geertz, Science (1973) n° 186, 435-436; E. RENNER, Die kognitive Antropologie: Aufbau und Grudlagen eines ethnologiscb- linguistischen Paradigmas, Berlin, 1980; E. RENNER, “Ethnologie und Kultur”, en Zeitschrift f ü r Ethnologie (1983) n° 108, 109-221. 80 NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 59-91, ISSN: 0470-3790
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