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CARLOS MONTES PÉREZ rías comunes forman esquemas culturales que conforman la identi­ dad de cada grupo social definido16. Geertz trata de demostrar que la interpretación del mundo es uno de los intereses primarios del individuo y, por tal razón, el objeto de los estudios culturales no debe ser la racionalidad que motiva cada acción, ni las bases biológicas de la conducta humana, sino el significado que genera entendimiento mutuo y común, y que provoca esquemas culturales sólidos17. En este sentido, tanto Dilthey como Max Weber inicialmente y Clifford Geertz después conciben al individuo como un nodo en el que convergen redes de relaciones determinantes a la hora de formar la cultura. La per­ tenencia del individuo a la red social le coloca dentro de esquemas colectivos que se ponen en práctica de forma cotidiana y que se refuerzan con el uso. Esta presencia continuada de la red social en el individuo genera unas categorías que esconden significados y que se condensan en símbolos. La acción individual, por tanto, se encuentra profundamente afectada por cosmovisiones, valoraciones, 16 El tema de la identidad, su construcción, su mantenimiento, sus cambios, etc. ha sido un tema muy tratado por los principales antropólogos, también en España han destacado por su cantidad e interés. Algunos de los más destacados son: A. BARRERA, La dialéctica de la identidad en Cataluña, un estudio de antropología social , Madrid, CIS, 1985; J. CUCO, yj. J. PUJADAS, (coords.) Identidades colectivas. Etnicidad y sociabilidad en la Península Ibérica. Valencia, Generalitat Valenciana, 1990; A. RIVAS, Ritos, símbolosy valores en el análisis de la identidad de laprovincia de Zaragoza. Zaragoza: CAI, 1986; C. ESTEVA, Estado, etnicidad y biculturalismo. Barcelona, Península, 1984; Desde otro punto de vista, pero también muy intere­ sante: R. SANMARTIN, Identidad y creación. Horizontes culturales e interpretación antropológica. Barcelona, Humanidades, 1993. 17 “Si S. Langer tiene razón al afirmar que el concepto de significación, en todas sus variedades, es el concepto filosóficamente dominante en nuestro tiempo, que el signo, el símbolo, la denotación, la significación, la comunicación, son nues­ tro caudal de intercambio, entonces tal vezya sea hora de que la antropología social cobre conciencia de esta circunstancia. ” Cl. GEERTZ, “La religión como sistema cultural” en La interpretación de las culturas , O. c., 88. En este sentido de lo público como habitáculo para la cultura, esta teoría simbólica e interpretativa toma distan­ cia de corrientes como, el interaccionalismo simbólico y de la etnometodología así como también de la antropología simbólica de Victor Turner o de Mary Douglas. La principal diferencia radica en el acento puesto en el aspecto interpretativo. 68 NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 59-91, ISSN: 0470-3790

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