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IGLESIA, RELIGIONES Y SALVACIÓN. ble; pero no se agota en la visibilidad, sino que remite a lo invisible, interior y salvífico. Estos dos aspectos son inseparables67. La idea de Cuerpo de Cristo afirma además la presencia actual de Cristo, la prolongación de la encarnación y el dinamismo de un cuerpo que crece y se desarrolla desde dentro68. Sobre la pertenencia a la Iglesia, la encíclica no dice mucho. De modo explícito, afirma: “En realidad, hay qu e considerar com o m iembros en la Iglesia sólo aquellos qu e h an recibido el bautismo d e regeneración y p ro fesan la verdadera fe , no se h an sep arad o des­ g ra c ia d am en te ellos mismos d e la un ión del cuerpo, o no h an sido separado s p o r la au to rid a d legítima a cau sa d e gravísimos hechos com etidos . .. Pues a s í com o en la verdad era unión d e los fieles cris­ tianos h ay un solo cuerpo, un Espíñtu, un Señor y un bautismo, tampoco p u ed e h a b e r sino una sola f e . .. P or lo tanto, los qu e están divididos entre s í p o r la f e o p o r el g ob iern o no pu ed en vivir en un m ismo cuerpo y en un mismo Espíritu divino d e éste '*9. El documento indica los requisitos para ser miembro de la Igle­ sia en sentido pleno: Haber recibido el bautismo, profesar la verda­ dera fe y estar unidos a la legítima autoridad. Según esto, no se per­ tenece a la Iglesia si no hay un vínculo jurídico con la Iglesia visible, aunque, según lo dicho, la Iglesia es más que el vínculo jurídico. A continuación se habla de un Cuerpo, de un Espíritu, de un Señor. Pero se añade que no pueden vivir en un mismo Cuerpo ni en un mismo Espíritu quienes están separados por la fe o por el gobierno. Con esto se viene a decir que la falta de vínculo jurídico impide la pertenencia al Cuerpo de Cristo y la presencia del Espíritu. Después de ver las grandes ideas teológicas de De Lubac, el paso citado de la encíclica parece tener una postura estricta. Y ade­ más, parece contradictorio con otros lugares de la misma encíclica. En efecto, en otro lugar habla de los cristianos separados, invitándo­ los a salir de aquel estado “en el cu a l no pu ed en estar seguros d e su 67 ID., Leib Christi, ahora en J. RATZINGER, Gesammelte Schriften, vol. 8,1, Freiburg, Herder, 2010, 286-289. 68 ID., Die Ekklesiologie des Zweiten Vatikanischen Konzils, ib., 258-260. 69 Mystici Corporis, ibid., 202-203. NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 9-58, ISSN: 0470-3790 29

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