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MODESTO BERCIANO realidad más íntima de la Iglesia, la incorporación a Cristo, la comu­ nidad de vida con Él. Sobre la valoración de la encíclica, Ratzinger consideraba años después (1961) como positivas la superación del concepto jerár­ quico de la Iglesia y la afirmación oficial de todo lo nuevo que la teología había dicho desde Móhler. Pero al mismo tiempo señalaba el peligro de desligar la realidad interna de la visibilidad de la Igle­ sia. Otros teólogos, como Holzer, Przywara y sobre todo Koster, hicieron ver, por un lado, que la idea de místico, sin valorar la visi­ bilidad, era palabrería; y que por otro lado, la idea bíblica de alianza buscaba primero al pueblo y dentro de él al individuo. Sobre todo, De Lubac recuperó la idea orgánica y mística de los padres en sus obras Catolicismo y Cuerpo místico65. La eclesiología de Ratzinger en sus años de formación, inclui­ dos el doctorado y la habilitación, dependía sobre todo de Gott- lieb Sóhngen y de H. De Lubac. El mismo Ratzinger afirma que el libro Catolicismo de De Lubac (1937) se convirtió para él en una lectura clave de referencia. Y añade que leyó otras obras del mismo autor, sobre todo Corpus mysticum (de 1939), que le abrió un nuevo modo de entender la unidad de la Iglesia y la eucaristía, que iba más allá de la que había aprendido de Pascher, Schmaus y Sóhngen66. En un artículo de 1961, titulado Leib Christi (Cuerpo d e Cristo ), para el L ex ik on fü r Theologie und Kirche, Ratzinger resume la doctrina de los padres, de la edad media y edad moderna sobre la idea paulina de cuerpo místico. En los padres se encuentran las ideas de Cristo como nuevo Adán; de la encarnación como asun­ ción de la humanidad por Cristo, creando así una unión de todo hombre con Dios y trayendo la salvación para todos. Además, la idea de cuerpo místico de Cristo va unida a la eucaristía: La Iglesia es cuerpo de Cristo porque vive del cuerpo de Cristo sacramental. También aquí se puede observar que Ratzinger expone ideas de los Padres de la Iglesia como De Lubac. Al final del artículo considera la Iglesia como sacramento, como signo sagrado. Como signo, es visi- 65 J. RATZINGER, ib., 107-108. 66 ID., Mi vida, Madrid, Encuentro, 42005, 90. 28 NAT. GRACIA IX 1/enero-abril, 2013, 9-58, ISSN: 0470-3790

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