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IGLESIA, RELIGIONES Y SALVACIÓN. para la salvación de aquellos que no conocen otro, ¿por qué buscar aún uno explícito?’*9. Una explicación de la necesidad de incorporarse a la Iglesia sería la unidad del género humano, que tiene una misma natura­ leza y una misma finalidad, como un mismo cuerpo, al que per­ tenecen todos los hombres como miembros. Ahora bien, según el cristianismo, la finalidad y la salvación de este cuerpo consisten en formarse a imagen de Cristo, que es el único Mediador y el único Salvador. Y esto es posible por mediación de la Iglesia50. Sin duda, se pueden encontrar fuera del cristianismo hombres de una pro­ funda espiritualidad. Pero existe el peligro de separarse de la meta y de la finalidad. Ésta se alcanzará mejor si se conoce que si no se conoce. Si Dios hubiera dispuesto salvarnos sin nuestra colabora­ ción, hubiese sido suficiente el sacrificio de Cristo. Pero Dios ha querido la colaboración del hombre; y esto parece más digno, ya que Dios nos ha creado personas con entendimiento y voluntad. La humanidad tiene, por tanto, que colaborar activamente en su salva­ ción. Y por eso Cristo ha unido al hecho de su sacrificio redentor la revelación de su persona y la fundación de su Iglesia. Revelación y redención están unidas; y la Iglesia es el lugar de esa unión. Éste sería también el fundamento de la misión y del crecimiento de la Iglesia en la historia51. En este contexto, la frase: “ Fuera de la Iglesia no hay salva­ ción” es al mismo tiempo severa y consoladora. No quiere decir que no pueda salvarse nadie que no esté unido externamente a la Igle­ sia. Hay que tener presente que los textos en los que se encuentra, si no se refiere a los renegados, admite también excepciones, como el caso de la ignorancia invencible. Durante los últimos siglos se ha distinguido entre el cuerpo y el alma de la Iglesia. Pero esta distin­ ción ni es suficiente ni es completa, ya que cuando se habla de sal­ vación fuera de la Iglesia se entiende la Iglesia visible, el cuerpo de la Iglesia; y a veces se dice incluso que es la Iglesia católica romana. 49 Ib., 192-193. 50 Ib., 192-195. 51 Ib., 195-198. NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 9-58, ISSN: 0470-3790 23

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