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MODESTO BERCIANO Clemente XI condenó un error de Pacasio Quesnel, quien afirmaba que “fuera de la Iglesia no se concede gracia alguna”42. Más importante fue el magisterio de Pío IX, el cual de forma más explícita introdujo modificaciones. En la alocución Singulari quadam , de 1854, refiriéndose a los que piensan que “ha de tenerse buena esperanza de la salvación de todos aquellos que no se hallan de modo alguno en la verdadera Iglesia de Cristo ” quiere dejar muy claro lo que sigue: “ En efecto, po r la fe debe sostenerse que fuera de la Iglesia apostólica romana nadie puede salvarse; que ésta es la única arca de salvación; que quien en ella no hubiere entrado, perecerá en el diluvio. Sin embargo, también hay que tener p o r cierto que quienes sufren ignorancia de la verdadera religión, si aquella es invencible, no son ante los ojos del Señor reos de culpa alguna ”. Como puede verse, admite la posibilidad de salvación cuando hay ignorancia invencible sobre la Iglesia. Y eso sí, añade que es muy difícil señalar los límites de esta ignorancia; que cuando veamos a Dios tal cual es, entenderemos “con cuán estrecho y bello nexo están unidas la misericordia y la justicia divinas”; y que entre­ tanto debemos mantenernos en la doctrina que afirma que hay un solo Dios, una sola fe y un solo bautismo43. Algunas precisiones más hace el mismo Pío IX en la Encíclica Quanto conficiamur errore. (cLos que p o r ignorancia invencible no conocen nuestra santísima religión, observan la ley natural inscrita p o r Dios en los corazones de todos y viven una vida recta y honesta, consiguen la vida eterna por la bondad suma de Dios. Pero también es conocido el dogma católico, según el cual nadie puede salvarsefuera de la Iglesia”. Y los contumaces contra la Igle­ sia, contra las definiciones y contra su autoridad, “no pueden obte­ ner la salvación’**. El documento hace afirmaciones importantes. En primer lugar, la salvación se da por la bondad suma de Dios y por gracia a todos, no sólo a los que no viven en la Iglesia. A los que viven en la Iglesia se les da si cumplen las enseñanzas de la 42 Ib., 1379. 43 Ib., 1646-1647. 44 Ib., 1677. 20 NAT. GRACIA LX 1/enero-abril, 2013, 9-58, ISSN: 0470-3790

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