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SATURNINO ARA BURUGORRI quizás las más, suele ser optimista, aunque no faltan las visiones ne gativas. Siempre, en uno u otro supuesto, tanto en el positivo como en el negativo, se escriben cosas acertadas. No se llega a coincidir en la terminología usada para dar a conocer y explicar el cambio estructural, pues, en unos escritos, se habla de unión de provincias, en otros se usa el término unificación y también el de fusión. Pocas veces se habla de supresión y/o desaparición y, menos veces aún, se hace conocer o, simplemente, se comunica el hecho de que estas uniones, unificaciones y/o fusiones, como realidades de superación o como un acto creativo, viene originado y exigido en respuesta a los signos de los tiempos, en particular, a los de creatividad, actitud o/y virtud requerida por y para la vida consagrada de siempre y, en particular, por y para la del siglo XXI. Un dato que suele destacarse y en el que, en general, se co incide, es aquel por el que se recuerda y habla de las estructuras e instituciones, ya existentes, que es necesario saber adaptar a las nue vas realidades de una sociedad en cambio. Y ciertamente todas estas informaciones y artículos a los que nos venimos refiriendo, hablan, pero no dan a entender que aceptan el reto que supone el previo examen y reflexión del carisma y misión propios y de la vivencia del Evangelio y del seguimiento de Cristo, pasos espirituales y doctrinales a dar con anterioridad a todo empeño de posible renovación estruc tural. El trabajo de estudio y reflexión sobre la actualidad del carisma debe preceder a todo sueño y empeño por una nueva estructuración. Son muchos los particulares que se destacan cuando se reflexio na la necesidad de reforma que, al final y desgraciadamente, termina por ser más estructural que espiritual o carismàtica. Hay un dato par ticular en el que deseo fijarme en este momento y es aquel por el que se reconoce y advierte que es necesario esperar el paso de los años para que, en realidad, pueda hablarse verdaderamente de fusión de provincias. Aunque sería mejor, quizás, hablar de fusión de indivi duos que dejan y olvidan sus formas de ser, las propias de la región de origen y pertenencia, las de su forma de gobierno, e incluso sus formas de hacer oración en común y de celebrar encuentros festivos, y se vuelcan en el particular del conocerse mutuamente y valorarse 516 NAT. GRACIA LIX 3/septiembre-diciembre, 2012, 515-541, ISSN: 0470-3790
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