PS_NyG_2012v059n003p0481_05140410
MARÍA “MADRE SACERDOTAL” EN EL PUEBLO DE DIOS. María al lado de la Cruz del Hijo. Lo fundamenta en su condición de ‘madre’: Madre de Cristo y Madre nuestra, ofreciendo su dolor con el de Cristo por nuestra salvación. “María nos ama a todos con amor, no digo natural en cuanto que es de nuestra carne y sangre, antes bien nos acompaña con profundo afecto de su corazón, maternal y sincero, como los padres acostumbran a hacer con sus hijos. ¿Y no es por ventura verdad que ella puso en peligro su vida por nosotros, cuando, estando al pie de la cruz de Cristo, llena del espíritu del verdadero Abrahán, ofreció al eterno Padre, espiritualmente y en la misma realidad, el sacrificio de su divino Hijo por la salvación del mundo? Estaba en p ie jun to a la Cruz (Jn 19,25), pero la sostenía la fuerza del espíritu y la quería allí su corazón materno. El espíritu d e María era el Sacerdote , como la Cruz era el altar y Cristo la víctima del sacrificio. Si bien Cristo era el sacerdote principal que se inmola ba a sí mismo, el espíritu de María estaba unido al espíritu de Cristo; más aún, era una sola alma con Él, como un único espíritu en dos cuerpos. Realm ente el espíritu d e María, un ido a l d e Cristo, ejercía una a c ción sacerd otal junto al altar de la cruz: ofreciendo al Dios eterno el sacrificio de Cristo por la salvación del mundo”. ¡Oh admi rable y verdaderamente divina caridad de María para con nosotros! De ella, como del Padre, con el que fue muy semejante, podemos decir: “Tanto am ó a l mundo, hasta el extremo d e entregarle su Hijo Unigénito, p a r a qu e qu ien crea en Él no p erez ca , sino qu e tenga la vida eterna ”(Jn 3,16)- Por eso ¡qu é motivo d e jú b ilo y alegría es p a r a el mundo s a b e r qu e p o see an te Dios Omnipotente una tan p od ero sa p a tron a y ab og ad a , p a r a la cu a l no hay n a d a imposible, y qu e con am o r d e m ad re sólo d esea y p id e el bien p a r a nosotros! ”35. 35 “María... nos omnes, non dicam cívica, uti ex nostra carne, ex nostro sanguine, sed materna prosequitur caritate, intima, vera, cordiali dilectione, qualis parentum est erga carissimapignora. An non pro nobis in vitae discrimen María venit, cum iuxta crucem Christi stetit, eum, uti veroAbrahae spirituplena ac superplena, Deo spiritu vere sacrificans, etpro mundi salute vera caritate offerens?Satabat iwcta crucem (Jn 19,25), utique spiritus virtutefulta, spiritu sustentata. Mariae spiritus erat spiri- tualis sacerdos, sicut crux altare et Christus sacrijicium; licet spiritus ipse Christi esset principalis sacerdos, sed spiritusMariae una erat cum spiritu Christi; imo unus cum eo spiritus erat , una veluti anima in duobus corporibus. Quare spiritus Mariae una cum NAT. GRACIA LIX 3/septiembre-diciembre, 2012, 481-514, ISSN: 0470-3790 503
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz