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MARÍA “MADRE SACERDOTAL” EN EL PUEBLO DE DIOS. sacramento causal de gracia, pero que puede ser ejercido aparte de la santidad del ministro. El sacerdocio de María sólo puede ser actua­ ción en virtud de su estado de gracia y no por un encargo adyacente como el dado a los apóstoles como nuevo sacramento. De ahí que la cuestión se ha de proponer en el sentido de la gracia santificante concedida por Dios a María. Es sentir de todos los teólogos, sancionado por el Magisterio de la Iglesia en el dogma de la Concepción Inmaculada, que la gracia de Dios en María fue extraordi­ naria. ¿Fue una gracia unívocamente semejante a la gracia de la filia­ ción adoptiva de Dios en unión con Jesucristo, como miembros de su Cuerpo? La pregunta nos la hacemos ahora para encontrar respuesta, directa o equivalente en el Marial de San Lorenzo. Por de pronto, el Concilio Vaticano II nos da pistas o perspectivas en que puede encajar la respuesta que buscamos en nuestro Doctor Apostólico y Mariano. El Concilio, como sabemos, nos presenta a María en el doble aspecto de Madre de Cristo y miembro de la Iglesia, de la que tam­ bién es Madre. Ella “ con cibiendo a Cristo, engendrándolo, alim en ­ tándolo, p resen tándolo en el templo a l Padre, p a d e c ien d o con su Hijo mientras El m oría en la Cruz, cooperó en fo rm a d el todo singular, p o r la obed ien cia, la fe , la esperan za y la en cen d id a c a r id a d en la restauración d e la vida sobren atu ral d e las almas. Por tal motivo es nuestra M adre en el orden d e la g r a c ia ”24. Más adelante, esta cooperación de María es vista como vivencia sacerdotal semejante al sacerdocio de los fieles: “Así com o el sacer­ docio d e Cristo es pa rticip ad o d e varias m an eras tanto p o r los m i­ nistros com o p o r el pu eb lo f i e l ... a s í también la ún ica m ed iación del 24 “Beata Virgo, ab aeterno una cum divini Verbi incarnatione tamquam Mater Dei praedestinata, divinae Providentiae consilio, bis in terris exstitit alma divini Redemptoris Mater, singulariter prae aliis generosa socia, et humilis ancilla Domini. Christum concipiens, generans, alens, in templo Patri sistens, Filioque suo in cruce morienti compatiens, operi Salvatoris singulari prorsus modo cooperata est, oboedientia, fide, spe etflagrante caritate, ad vitam animarum supernaturalem restaurandam. Quam ob causam mater nobis in ordine gratiae ex stitit Concil Vat. II, Lumen Gentium, n. 61. NAT. GRACIA LIX 3/septiembre-diciembre, 2012, 481-514, ISSN: 0470-3790 497

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