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MIGUEL DE UNAMUNO. EL JUEGO DE LA LÓGICA Y LA LÓGICA DEL JUEGO surgiendo esplendorosas de entre losfuegos del instinto, cual retama de un volcán” (215). Y como Marina ha levantado la conciencia de Avito, éste co­ mienza a dudar y a decirse para sus adentros: “¿Qué cosas sabes tú, Avito Carrascal , qué cosas sabes frente a esos tersos ojazos cándidos que empiezan a decirte lo que no se sabe ni se sabrá jamás?” (214). Comienza la pelea interior en Avito: las exigencias de la Ciencia frente a las de la Con-ciencia. ¿Qué ha tenido que suceder para que, habiendo juzgado necesario a la hora de formar el genio, elegir la deductiva Leoncia, como mandaba la ciencia, haya tenido que deci­ dirse por Marina la inductiva, como le ha mandado el amor? Sea lo que sea, ante este primer “fracaso” programático como buen espíritu científico, invoca una teoría como causa de tal hecho. Primero la del Inconciente de Freud, pero no le parece suficiente y prefiere una explicación que valga para la ciencia y la filosofía, La de Platón, eso de que alma se dividía en tres partes y una de las partes, la racional, debía dominar las otras dos más instintivas (irascible y concupisci­ ble), ubicándose él mismo en la parte reflexiva y Marina en la parte instintiva, no le acaba de convencer. La teoría hilemórfica, la de la materia y la forma, quizás lo explique mejor, porque Aristóteles, más científico, afirmaba que la forma era la energía, el ánima, que ani­ maba la materia. Así que, él sería la forma y Marina la materia. Y aún más sabiendo que la Naturaleza, que para los primeros griegos era el primer principio, aquel de donde todo se generaba, la llamaban Mater, Madre, de donde se deduce que la Materia, es la Madre Natu­ raleza, que es la partera mayor, la que todo lo pare. Por eso la mujer es naturaleza, es Materia, porque es la que engendra, como Marina. Y él, Avito, la forma, que da vida a la materia. Así que Avito se casa con Marina del Valle. Pero cuando de forma extremadamente comedida se permite temerosamente un gesto breve de amor a Marina lo hace con mala conciencia porque va contra las leyes de la ciencia. Avito está cediendo con remordimientos de con­ ciencia al AMOR. Y así, como por desgracia, va comenzando el Amor NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 313-339, ISSN: 0470-3790 321

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