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LUIS ANDRÉS MARCOS Pero antes de hacer el niño hay que casarse. Y él como científico lo hará deductivamente , es decir, que el propósito del casorio preceda a la novia y no al revés, es decir, de forma inductiva , que la novia preceda al propósito de casarse. Y después de la exposición de dicha teoría, se pone a buscar novia. Pero antes medita los caracteres antropológicos, fisiológicos, psíquicos y sociológicos que la futura madre del genio ha de tener. Tales caracteres están encarnados en Leoncia Carbajosa. El nombre de Leoncia hace alusión a un animal fuerte, con melena rubia, robusto, etc., es decir un león, que es el animal que encarna tales ca­ racterísticas; y Carbajosa, que en la línea de Carrascal, significaría algo corriente, de lo que se encuentra por ahí sin llegar a ser árbol, sencilla­ mente carbajo, matorral espeso de roble. Le escribe una carta científica, no amorosa, es decir, argumen­ tando a la luz de la sociología. Doce horas y seis noches le cuesta el documento. Después sabemos que en esa carta de amor Avito le hablaba de genio de la especie, ley de Malthus, matriarcado, ten­ dencia social a la monogamia, matrimonio, patrimonio, genio del porvenir, pedagogía sociológica... ¡En Avito, hasta una carta de Amor es transformada en un texto científico!. Con el documento, se dirige Avito a casa de Leoncia. Sin embargo , 1se detiene al ver que los tersos ojazos de Marina del Valle orientan a los suyos y que desplegando la boca se pone a oírle con todo el cuerpo y con el alma entera ” (212). Leoncia era tierra, rubia, pero Marina es mar, azul y “del Valle” como verdes son los valles. Los ojos de Marina son profundos como el mar, y miran desde dentro, con toda el alma. Se levanta un terremoto en la conciencia de Avito, de trágico combate: Plutón (dios del infra- mundo, de dentro de la tierra = Leoncia), versus Neptuno (dios del mar, de dentro del cuerpo y del alma = Marina) (215). (Leoncia, la deductiva, la dólico-rubia de sano color, anchas caderas, turgente y levantado pecho, mirar tranquilo y buen ape­ tito, de una parte, de la parte de encima, en las aguas de la ciencia envuelta, y de la otra, Marina, la inductiva, por misteriosa ley de contraste braqui-morena, sueño hecho carne, con algo de viviente arbusto en su encarnadura y de arbusto revestido defragantes flores, 320 NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 313-339, ISSN: 0470-3790

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