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SAN FRANCISCO EL REAL, DE SALAMANCA. EL BICENTENARIO exclusivamente de la presencia de una fuerza armada. No se tra­ taba, pues, de defender a los ciudadanos, sino de defenderse de los mismos o de sus posibles aliados y, al mismo tiempo, de poder someterlos; por lo que, no se planteó entre los ingenieros militares ocupantes, una fortificación de toda la ciudad, sino exclusivamente de un sector, que como consecuencia sufriría una importante trans­ formación urbanística para adecuarse a los nuevos requerimientos militares. El lugar elegido fue el triángulo formado por el Convento de San Vicente15, el de San Cayetano y el de La Merced, por las inmejo­ rables condiciones estratégicas que ofrecían sus emplazamientos. El monasterio benedictino de San Vicente se encontraba sobre el teso de su nombre, en el extremo suroccidental del recinto amurallado de la ciudad, lo que permitía controlar desde su altura el paso sobre el puente romano. El terreno forma allí un promontorio elevado a más de 60 pies16 de la ribera del río Tormes en brusca pendiente y con grandes desniveles hacia el este y el oeste. Estas vertientes tan escar­ padas habían condicionado el aprovechamiento del suelo urbano, que presentaba menor densidad de ocupación que en otras zonas, debido también a su alejamiento del centro urbano y a la presencia de la esgueva de los Milagros. Las edificaciones aumentaban hacia el norte, con un claro predominio institucional frente a la vivienda privada. 15 Según se cree este monasterio fue construido en el siglo VII, aunque se restauró en el año 1143 en estilo románico. Dicen que vino a inaugurarlo el Abad Pedro de Cluny. Lo que si consta es que estaba bajo la tutela del monasterio cister- ciense de Moreruela (Zamora). Este monasterio tuvo gran poder y repobló algunas zonas de Salamanca. Eran dueños y señores de Frades y Mesegal, que se los ven­ dieron al Concejo de Salamanca en el siglo XVI por una renta de 20.000 maravedíes al año. Medio claustro de San Vicente era de una belleza extraordinaria, lo que explicaría uno de los puntos del famoso refrán: “ Salamanca: Media plaza, medio puente, medio claustro de San Vicente ”. En él los franceses construyeron su princi­ pal fortaleza y, debido a las obras de defensa, al cañoneo por parte de los aliados y, sobre todo, a la explosión de un cercano polvorín provisional, tras su rendición, quedó absolutamente derruido. 16 El equivalente de este uso anglosajón de las medidas es de 20 metros. NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 289-311, ISSN: 0470-3790 297

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