PS_NyG_2012v059n002p0261_0287
SENÉN VIDAL b) El efecto de la sanación: v. 9b-10 Con mucho gusto, pues, me enorgulleceré, más bien, de mis “debilidades”, para que la potencia de Cristo habite en mí. 10 Por eso, estoy contento con las debilidades, con las injurias, con las necesidades, con las persecuciones y los aprietos por Cristo. Pues cuando soy débil, es cuando soy poderoso32. 3.2. E l teso ro y las vasijas de ba rro : 2 co r 4,7-12 El sentido de este texto es muy semejante al del anterior. En él se describe el contraste de muerte-vida en la existencia del misio nero mesiánico, como efecto de la comunión con la existencia del v. 9b-10). El v. 9a desvela el oráculo del Señor, en el que está la clave del relato (cf. su desarrollo en v. 9b-10). La frase “la potencia se realiza en la debilidad ” se repite en cuanto a su sentido en v. 9b y en la frase final del v. 10; es fundamental, enton ces, para la interpretación paulina de la existencia en “debilidad” del emisario (y del cristiano en general): en la “debilidad” precisamente se realiza la “potencia” del mesías resucitado-exaltado, y así, la auténtica sanación consiste en el desvelamiento del sentido de la “debilidad”, y no en la eliminación de ella. De este modo, la cura ción narrada en v. 7b-9a, lejos de ser una curación fallida (dado que Pablo continúa con su enfermedad), se convierte en una auténtica sanación, superando incluso el mismo poder taumatúrgico, del que se gloriaban los opositores. 32 Los v. 9b-10 presentan el efecto de la “sanación” narrada anteriormente, explicando la consecuencia de la revelación oracular del Señor citada en el v. 9a. El v. 9b hace referencia a la acusación de “ debilidad ” contra Pablo por parte de los misio neros opositores y sus secuaces (cf. 2 Cor 11,30; 12,5). El verbo “habitar” {“habite en m í”) indica aquí, como en otros textos paulinos, el señorío, ya que el que “habita” en una casa es el dueño de ella. La primera parte del v. 10 asume la lista de calamidades de 2 Cor 11,23-33. “Por Cristo”(hyper Christou): en la misión al servicio de Cristo. La última frase del v. 10 ( “ cuando soy débil, es cuando soy poderoso”) es una caracteri zación espléndida de la paradoja de la existencia del evangelizador (y del cristiano), aplicando el principio expresado en el oráculo del v. 9a y repetido en el v. 9b. 280 NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 261-287, ISSN: 0470-3790
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