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LA VIDA DEL EVANGELIZADO!* SEGÚN PABLO g) Conclusión: v. 30-31 30 Si hay que enorgullecerse, me enorgulleceré de lo de mi “debilidad”. 31 Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo -que es bendito por los siglos-, sabe que no miento28. h) Suplemento: huida de Damasco: v. 32-33 32 En Damasco, el etnarca del rey Aretas vigilaba la ciudad de los damascenos para prenderme; 33 y por una ventana fui descolgado en una cesta por la muralla, y así, me libré de sus manos29. ( “sin contarlo demás’*). Esto señala el carácter de las listas de calamidades, que quie­ ren ser enumeraciones de ejemplos, y no elencos completos. Una demostración de la preocupación constante de Pablo por “todas las asambleas”(pason ton ekklesion ) o comunidades fundadas por él es la que ahora está teniendo con la comunidad de Corinto; como aquí, el término tradicional ekklesia (“asamlea”) se refiere siempre en las cartas auténticas de Pablo a la asamblea o a la comunidad local (S. Vidal, Mesiá- nico, 181-186). Las dos frases paralelas del v. 29 son explicación del “apuro”(epista- sis) y de la “preocupación” ( merimna ) que señalaba el v. 28. La primera parte de las frases se refiere al peligro para la fe de las comunidades: “se debilita ” (asthenei: en el sentido de debilitarse en la convicción de fe: cf. Rom 14,1 y 1 Cor 8,7-13; 9,22), “se escandaliza” ( skandalidsetai : es escandalizado para abandonar la fe; cf. 1 Cor 8,13; Rom 14,21). Mientras que la segunda parte, jugando con los términos de la primera, expresa el sufrimiento de Pablo, al estilo de las calamidades señaladas anteriormente en la lista: “me debilite”(astheno: enferme), “me queme”(pyroumai: arda de fiebre). 28 Los v. 30-31 son la conclusión de la lista anterior: sentido de las hazañas o motivos de orgullo reseñados en ella ( v . 30 ), y fórmula solemne de juramento sobre la veracidad de ella (y. 3-?). “De lo de mi ‘debilidad'”: ta tes astheneias mou (acusativo de relación: “con respecto a esas cosas de mi debilidad”), en referencia a todo lo indi­ cado en la lista de v. 23-29; se contesta así a la acusación corintia sobre la “debilidad” de Pablo, presentándola precisamente como un motivo de orgullo. La expresión “que es bendito por los siglos” asume una fórmula judía de alabanza a Dios (Rom 1,25; 9,5). 29 El acontecimiento reseñado en los v. 32-33 es un suplemento a la lista anterior. Hubiera cuadrado perfectamente dentro de las concreciones de los peligros en los v. 24-25 o en el v. 26. La explicación más sencilla de su localización aquí es el recuerdo de Pablo en este momento del dictado de la carta, quizá después de haber NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 261-287, ISSN: 0470-3790 277

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