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LA VIDA DEL EVANGELIZADO!* SEGÚN PABLO 2.2. L as h a zañ a s d el m isio n er o : 2 C o r 11,21b-33 Este texto contiene la lista de calamidades más desarrollada dentro de las cartas de Pablo. Pertenece a la dura carta Cor D (2 Cor 10,1-13,13), y está enmarcado en ella dentro de la sección llamada “autoalabanza de un necio”, o “discurso de la necedad” (2 Cor 11,1- 12,13), porque en ella Pablo presenta su autorrecomendación y la justifica como un discurso necio o de un necio, ya que, según él, la comunidad corintia le ha obligado a hacerlo, aunque realmente no debería hacerlo. El tono del texto es directamente polémico contra los misioneros opositores llegados a Corinto. Concretamente, se tra­ ta de una fina parodia del género del encomio, que los misioneros opositores utilizaban en sus cartas de recomendación, en las que se presentaban y alababan sus acciones especiales, al estilo de los en­ comios de las hazañas o gestas de algún personaje famoso. Después de la introducción, en la que se presenta la comparación siguiente con los misioneros opositores como el discurso de un “necio” (v. 21b), la lista comparativa comienza con el motivo de la ascendencia (v. 22), para pasar después a la descripción de las diversas calamida­ des de la actividad misional, como las persecuciones y los peligros de muerte (v. 23-25), los peligros de los viajes misionales (v. 26), las duras condiciones vitales (v. 27) y las preocupaciones continuas por las comunidades (v. 28-29); la lista concluye con una declaración solemne sobre su veracidad (v. 30-31); pero, al recordar un episodio especial no reseñado anteriormente, se trata ahora como un suple­ mento a la lista anterior (v. 32-33). a) Introducción: v. 21b 21 Y a lo que alguien se atreva, -lo digo como un necio- me atrevo también yo21. que la diferenciaba de la praxis misional de los misioneros opositores llegados a Corinto, que vivían a costa de las comunidades (S. Vidal, Tarso , 31-32). 21 El v. 21b justifica la comparación siguiente con los misioneros opositores como la autoalabanza de un “necio”, ya que realmente, conforme al principio del servicio mesiánico, no cabría ninguna autoalabanza (2 Cor 10,17-18). NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 261-287, ISSN: 0470-3790 273