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100 AÑOS DE ESTUDIOS SOBRE LA REGLA DE SANTA CLARA DE ASÍS. Cada capítulo termina con una breve conclusión que se distin­ gue por las letras cursivas; en ella se da una mirada de conjunto a los temas tratados y, cuando éstos lo permiten, se hacen algunos énfasis, en este caso sí de modo explícito, sobre las posibles repercusiones de carácter espiritual que podría tener el texto, y se establece una especie de conexión con el capítulo siguiente. Basta lo dicho hasta aquí para darnos cuenta de que estamos ante un trabajo muy bien articulado, conducido con una metodolo­ gía previamente definida pero, sobre todo, de grande envergadura por su significado, tanto más si se tiene en cuenta que fue hecho por las herederas del carisma de Clara quienes, con competencia científi­ ca, han asumido responsablemente el reto que les plantea tan gran­ de herencia en este momento de la historia. Con este valioso trabajo, junto con los otros dos del proyecto editorial, han demostrado que tienen una respuesta precisa y, a su vez, una propuesta tan válida o más que las muchas que se puedan ofrecer desde otros ámbitos. Un valor inherente a este trabajo es que fue hecho por un grupo relativamente numeroso de hermanas. Este hecho ha contribuido de modo eminente a ampliar la investigación de modo interdisciplinar en sus diversas perspectivas, a vigilar la consecución de los objeti­ vos, a hacer más fácil y eficaz la revisión de los textos, a contribuir a la perfección de la forma, tanto la literaria como la de la presen­ tación gráfica. Como contrapartida, sabemos por experiencia que trabajos de este estilo suponen superar o, en algún caso, asumir algunos riesgos, como el de renunciar a ciertas intuiciones proba­ blemente válidas, o a dirimir eventuales divergencias de opinión con fórmulas de compromiso; las autoras no hacen mención de ningún problema específico y menos de los aquí enunciados, pero en cierto modo los hacen suponer cuando se refieren a “la fatiga de armonizar la diversidad”. Un punto sobre el que seguramente debieron tomar una deci­ sión difícil, asumiendo los riesgos que comporta, es el de dividir el cuerpo central del comentario en doce capítulos, conscientes de que el manuscrito original de la Regla no trae ni los títulos ni los números NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 197-257, ISSN: 0470-3790 245