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FERNANDO URIBE El estudioso italiano reconoce que, salvo el impreciso testimo­ nio de Felipe de Perusa, Wadding guarda silencio sobre el tiempo de composición de esta Regla al igual que sobre el lugar y las personas que debieron intervenir en ella, a lo cual agrega una velada duda de que, con su propuesta, el analista haya podido de algún modo forzar la historia; no obstante se apoya en el hecho que nunca puso en duda la autenticidad de esta Regla, cosa que habría podido hacer. Al analizar el texto de 1224, el autor observa que tiene algunas cosas que no aparecen en el de 1253 y que a su vez éste tiene cosas que faltan en aquel. Una de las cosas que faltan son las precisiones del capítulo 6 relacionadas con la pobreza, colocadas allí por Clara hacia el final de su vida en vista de las amenazas que se cernían contra este aspecto fundamental de su vocación como, por ejemplo, las que se desprendían de la Regla de Inocencio IV (1247). Para avalar la autenticidad de esta redacción de la Regla, Lazzeri acude a varios argumentos presentados aquí de modo sintético. Uno de ellos es que, en las primeras líneas del texto, donde se menciona la promesa de obediencia de Clara a Francisco y a sus sucesores, el fundador sea mencionado simplemente como “fray Francisco” ( fr a - ter Franciscus) y no “san Francisco”, como habría ocurrido después de su canonización en 1228. Otro argumento está relacionado con este mismo hecho, pues entre los días prescritos para la comunión de las hermanas no figura el del 4 de octubre, fecha que fue indicada oficialmente para celebrar la fiesta del santo. Un tercer argumento es que Clara no se define al comienzo de la Regla “la plantita del bienaventurado Francisco”, como lo hará al inicio de su Testamento escrito en los últimos años de su vida. Permaneciendo todavía en las primeras palabras del texto, el autor agrega dos motivos más: el uno que Clara promete obediencia al Papa Honorio, muerto en 1227, y el otro que las primeras palabras sean “Comienza la Regla y forma de vida...”, mientras que en la redacción de 1253 desaparece el término “Regla” y dice simplemente: “Comienza la forma de vida...”. El es­ tudioso asegura que a lo largo del texto hay además varios cambios de palabras e incisos que reportan al ambiente de S. Damián durante los tiempos iniciales. 212 NAT. GRACIA LIX 2/mayo-agosto, 2012, 197-257, ISSN: 0470-3790

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