PS_NyG_2012v059n001p0123_0147
ERASMO DE ROTTERDAM Y FELIPE MELANCHTHON… nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 123-147, ISSN: 0470-3790 131 humanista no hubiese albergado ninguna duda. Erasmo se vio em- pujado a escribir contra Lutero, no pudiendo evitar por más tiempo la confrontación. Su actitud fue firme, en Wittenberg no había nada que lo satisficiera. Permanece, sin embargo, una pregunta: ¿Quería Erasmo atacar a Melanchthon o el objetivo era poner públicamente en evidencia un problema crucial? Maurer piensa que Erasmo, queriendo mediar entre Lutero y Melanchthon, rechaza el ofrecimiento de éste. Pero esta interpreta- ción va más allá de las palabras del texto. Erasmo no podía ni quería volver, su obra contra Lutero ya estaba publicada y no cabía retrac- tación. ¿Cuáles deberían ser las consecuencias? La dureza con la que Lutero le respondió no la esperaba. Para el humanista se trataba sólo de una disputa intelectual para Lutero, sin embargo, se tocaban sus más profundas convicciones. Lutero en un principio no quiso responder, había hecho antes caso omiso de otros muchos ataques, pero le persuadieron sus amigos y su esposa 16 . La confrontación únicamente involucró a los principales adversarios, aunque Melan- chthon estaba también en la partida. Erasmo pensó poder reconci- liarse fácilmente con él y, en realidad, pronto volvieron a mantener correspondencia (1527), mientras que muchos otros humanistas del entorno de Lutero rompieron con Erasmo definitivamente. La disputa entre Erasmo y Lutero sirvió para que Melanchthon verificara sus posiciones teológicas 17 . El resultado de este ejercicio no fue sólo la modificación de su teología; el cambio se había ido produciendo despacio. En los años posteriores a la primera edición de sus Loci communes la actitud de Melanchthon se había vuelto vacilante, dudosa. El encuentro con los exaltados , que lo habían colocado en una situación de debilidad; la guerra de los campesinos fruto de posturas sociales y éticas radicales, las disputas teológi- cas con los protestantes suizos, sus inspecciones para comprobar el 16 Así lo expresa Lutero: “ Ego volui tacere; sed Joachimus (Camerarius) per- suasit meae Cathenae, ut instaret. Ipsa suplicante scripsi .” WA Tr 4, 5069. 17 Cf. P. SCHWARZENAU, Der Wandel im theologischen Ansatz bei Melanch- thon von 1525-1535 , Gütersloh, 1956, 39ss.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz