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PILAR PENA BÚA 128 nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 123-147, ISSN: 0470-3790 ¿Podemos considerar sus Loci (1521) como una obra enfrentada a la erasmiana Ratio verae theologiae , como piensa Maurer 9 , en la que se alude a una cancelación de las relaciones con el Humanismo, aun cuando Melanchthon recomienda y alaba ese escrito de Erasmo? En realidad los Loci no son una crítica a la obra de Erasmo Ratio ve- rae theologiae , de ésta aprendió el joven reformador cómo afrontar la crítica al método escolástico y al privilegiado papel que Aristóteles desempeñaba en él. Lo que Melanchthon no podía aceptar era la interpretación del Antiguo Testamento y el método alegórico, here- dado de Orígenes, y que el humanista había actualizado. Mientras tanto, Erasmo estaba preparado para enfrentarse a Lu- tero. Melanchthon, situado entre ambos, se había enterado tarde del propósito del humanista, aun cuando su intención había sido impe- dir la ruptura entre ambos líderes. En septiembre de 1524 Erasmo le escribe una carta complaciente 10 . Un amigo le había informado de que deseaba visitarlo en Basilea, y que había desistido por mie- do; Erasmo le explica que, por su parte, estaba preparado para las embestidas. Indudablemente un encuentro personal habría limado desconfianzas y escrúpulos. Le cuenta también que no entiende las cuestiones y posiciones reformadoras, que incluso se había plantea- do la pregunta de si Humanismo y Reforma debían seguir unidos o si, por el bien de ésta, deberían separarse. La interpretación de la libertad protestante parecía ser el centro del problema y esperaba que en este punto Lutero se moderase. Al mismo tiempo, su pre- ocupación por la formación académica fue sopesada como causa para distanciarse de Lutero. Consideraba, como Melanchthon, que la buena erudición estaba al servicio del señorío del evangelio, pero deseaba conseguir ese predominio sin recurrir al desorden y la des- unión. Erasmo comprendió que no podía mantenerse firme en el pa- pel de Gamaliel, que esa representación le correspondía a los Papas. A la pregunta de Melanchthon de por qué tenía que escribir contra 9 Cf. W. MAURER, Melanchthons Anteil am Streit zwischen Luther und Eras- mus , O. c., 73 y ss. 10 Cf. Allen 5, 574.
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