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ERASMO DE ROTTERDAM Y FELIPE MELANCHTHON… nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 123-147, ISSN: 0470-3790 137 piedad. La única respuesta que se puede dar, por tanto, es que sus victorias se asientan en nuestros errores. Dios ha permitido que el pueblo cristiano esté a merced de su enemigo por causa de sus peca- dos. Erasmo enumera: las disputas internas en Bizancio, las prome- sas rotas de los turcos a Eugenio IV, la derrota de los cristianos en la batalla de Varna en noviembre de 1444 por la falta de unión..... si hubieran luchado confiando en Cristo no estarían ahora entre la espada y la pared. En su crítica Erasmo va más lejos: los cristianos son peores crey- entes que los turcos, que también son personas y han de ser consid- erados como semicristianos 24 . La guerra es para Erasmo la puesta en práctica de Romanos 13 25 , por eso una guerra injusta nunca podrá denominarse guerra sino latrocinio. En la medida en que nos hace- mos mejores y nos volvemos pacíficos ya no apelaremos a la fuerza para imponernos ante los otros. Si la humanidad tuviese como único objetivo perfeccionar sus virtudes, entonces Cristo triunfaría. ¿Cómo ve Erasmo la guerra con los turcos? Los soldados que están en el frente pierden la ilusión y se quejan: ¡Luchamos para los ociosos! ( pugnamus pro otiosis ). Si los príncipes no despilfarraran, también llegaría para los turcos. ¿Quiere esto decir que no se hace la guerra contra los turcos para salvar la fe cristiana? ¿Se trata sólo de una lucha por el poder? Erasmo confiesa que sobre asuntos político- militares no posee una opinión competente; simplemente escribe lo que oye: a unos les preocupa el mayor poder del Emperador si vence a los turcos; otros afirman que, en ese caso, sería más fácil vivir como cristianos entre turcos que bajo soberanos cristianos. Erasmo sabe, obviamente, lo que significaría caer bajo el yugo turco; mantener un 24 Erasmo no contempla la guerra contra los turcos como Lutero, quien afirmó: “ eos qui belligerantur cum Turcis rebellare Deo .” WA VII, 443. Cf. H. LAM- PARTER, Luthers Stellung zum Türkenkrieg , München 1940, 75. 25 “ Todos deben someterse a las autoridades constituidas. No hay autoridad que no venga de Dios, y las que hay, por él han sido establecidas. Por tanto, quien se opone a la autoridad se opone al orden establecido por Dios, y los que se oponen recibirán su merecido .” Rm 13, 1-2

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