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HÉCTOR IGNACIO RODRÍGUEZ ÁLVAREZ 88 nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 81-122, ISSN: 0470-3790 Se nos muestran dos maneras básicas de desesperación, que trataremos detenidamente más adelante, pero esta mención muestra que el yo mismo, depende de aquello que puso la relación. Pongamos un ejemplo y tratemos de explicar todo lo dicho, llevando a imagen lo que no tiene imagen: Tenemos dos elementos: el fuego y el agua, los colocamos uno junto al otro, y pensamos que son opuestos, o que tienen cualidades opuestas; de esta manera, establecemos una relación de oposición entre ambos, pero esa «relación de oposición» no es positiva ni tiene conciencia de sí misma, ya que sólo se da en nuestra mente, a dife- rencia de los dos elementos que hemos relacionado, que sí tienen, efectivamente, una realidad física positiva. Imaginemos ahora, que mientras estamos pensando en esa re- lación de oposición, de una misteriosa manera, logramos que ésta cobre vida; ahora, «la oposición» tiene existencia propia gracias a nosotros, sin embargo, es una “oposición específica”: la de estos dos elementos específicos, y esta «oposición» pasa a formar un todo con ambos elementos. Se hace evidente que «la oposición», aunque tenga vida propia, e inclusive, aunque tenga conciencia de sí, surge de mí, yo fui quien estableció la relación de oposición entre el agua y el fuego, y yo la generé, por eso su ser depende de mí, y está vinculado conmigo. Si la oposición quisiera dejar de ser sí misma, y quisiera ser otra cosa, desesperaría al darse cuenta de que no lo logra; pero además, po- demos entender, que en ese sentimiento de querer ser otra, no tiene por qué tener presente a su creador, ya que no hace más que poner sus propias fuerzas en el deseo de querer ser otra. Si, de otro modo, la oposición quiere ser sí misma, autónoma e independientemente, sin miras a quien la creó, desesperará también al no poderse deshacer de ese vínculo constitutivo. Si por el contra- rio, a pesar de estar confundida por haber sido «arrojada» a este mun- do, pero teniendo conciencia de sí, se preocupa por llegar a ser sí misma a plenitud, podrá notar al observarse con detenimiento, que es una relación puesta por otro, y al tener conciencia de este vínculo
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