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PRELUDIO DEL ESPÍRITU. UNA LECTURA CONTEMPORÁNEA DE LA DESESPERACIÓN… nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 81-122, ISSN: 0470-3790 103 ansias que puedan generarse a causa de ellos, se dan en el interior del hombre, y por lo tanto, le pertenecen; permitir que ejerzan do- minio sobre la voluntad está en manos de cada yo, al igual que la admisión de ese oscurecimiento de la conciencia, esa inconsciencia que el autor también llama ignorancia . Hasta ahora, hemos distinguido varios modos o niveles de mo- ralidad, hablamos de aquella que se basa en un contexto político, también de otra basada en el bienestar corporal, dimos ejemplo de una moralidad que podía estar sujeta al principio de placer, así mis- mo, podemos encontrar muchas otras perspectivas morales en nues- tro entorno social, pero el planteamiento de Kierkegaard se aventura al más acá de todos esos parámetros morales, inspirado en Sócrates, apela al de más adentro, al del yo en cuanto yo, a ése que –sin care- cer de fundamentos– considera el prioritario y el único apremiante. Sin embargo, concibiéndose como el genuino parámetro moral, el más radical, la dinámica que vincula la voluntad, la ignorancia y el error, puede cumplirse en casos como el del adicto y en muchos otros. Podemos encontrarnos, desde un parámetro social de la mora- lidad, con el ejemplo de algunos hombres o mujeres casados, que considerando la infidelidad matrimonial un mal acto, sienten una fuerte inclinación hacia la misma, y fácilmente pueden llegar a come- terla, tanto así que en la cultura occidental es una práctica bastante común. Encontramos también con mucha frecuencia, el caso de per- sonas a las que les ocurre que, teniendo plena conciencia del efecto nocivo del cigarro, y conociendo el mal que hace a su salud corpo- ral, sienten deseos casi incontrolables de fumar. Podríamos seguir ci- tando una infinidad de ejemplos desde diversos parámetros morales, en los que se muestra aquello a lo que Kierkegaard está apuntando. Aunque en un nivel consciente, el hombre desee someterse a cier- tos parámetros morales, muchas veces la voluntad del yo, viéndose afectada por presiones contrarias a esos parámetros, puede llegar a sentirse fuertemente inclinada a la transgresión de los mismos, relati- vizando, o, a veces borrando de la conciencia, esos parámetros que antes había adoptado.
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