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PRELUDIO DEL ESPÍRITU. UNA LECTURA CONTEMPORÁNEA DE LA DESESPERACIÓN… nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 81-122, ISSN: 0470-3790 93 nos ha planteado que para Sócrates la relación entre la ignorancia y el error es de causalidad, así, se entiende que el hombre hace lo que no es justo (yerra a este respecto), porque desconoce lo que es justo 130 ; sin embargo, dentro de esa complejidad de la obra socrático- platónica podemos leer en los parágrafos finales del diálogo cono- cido como Hipias Menor , una cierta postura tomada por Sócrates referente al mal obrar, ella muestra que su reflexión en torno al tema no es ingenua en lo más mínimo, ya que maneja la posibilidad de que un hombre pueda errar por voluntad propia: Sóc. —¿Entonces, el alma que yerra involuntariamente es peor que la que yerra voluntariamente? Hip. —Al menos, en el tiro al arco. Sóc. —¿Y en la medicina? ¿No es más conocedora de la medicina el alma que hace mal a los cuerpos voluntariamente? Hip. —Sí. Sóc. —Luego, en este arte, ésta es mejor que la que no lo hace voluntariamente. Hip. —Sí, es mejor. Sóc. —¿Qué, pues? Del mismo modo lo es la más conocedora del arte de tocar la cítara y del arte de tocar la flauta; y respecto a todas las artes y conocimientos, ¿no es mejor la que voluntariamente hace las cosas mal y torpemente y comete errores, y es peor la que hace esto involuntariamente? Hip. —Así parece. Sóc. —Pero, ciertamente, preferiríamos como almas de los escla- vos las que cometen errores y obran mal voluntariamente, más bien que las que hacen esto involuntariamente, en la idea de que son mejores para esto. Hip. —Sí. Sóc. —Y nuestra propia alma, ¿no quisiéramos que fuera lo mejor posible? Hip. —Sí. Sóc. —¿No es cierto que será mejor, si obra mal y comete errores voluntariamente, que si lo hace involuntariamente? 130 S. KIERKEGAARD, La Enfermedad Mortal, O. c ., 117.
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