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PRELUDIO DEL ESPÍRITU. UNA LECTURA CONTEMPORÁNEA DE LA DESESPERACIÓN… nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 81-122, ISSN: 0470-3790 91 … no hay ni siquiera uno sólo que no sea un poco desesperado, que no sienta en el más profundo centro de su alma una cierta inquie- tud, un desasosiego, una desarmonía, una angustia de algo desco- nocido, o de algo con lo que no desea entablar conocimiento, una angustia ante una posibilidad de la existencia o una angustia por sí mismo… 125 . Esta universalidad la daremos por supuesto, o para ser más precisos, la daremos como un hecho en cada persona, mientras cada una no se demuestre lo contrario. El discurso de Kierkegaard no muestra pretensiones de participar de todos esos estandartes de la ciencia moderna, de sus parámetros o demostraciones, por lo tanto, esa “universalidad” deberá distinguirse de la universalidad científica, ya que el planteamiento del autor se centra en la desesperación de este yo concreto que la padece. Es importante aclarar que, aunque la desesperación es una en- fermedad, y aunque sea universal, ello no significa, que haya sido añadida desde afuera, como el cuadro sintomático de una bacteria o algún virus inoculado; no, por el contrario, Kierkegaard afirma que el origen se encuentra en el interior de cada hombre, “brota directa- mente del propio yo” 126 , y recalca así, la perspectiva intimista de todo este asunto que intenta comunicar. 1.2. C onsideración preliminar de la ignorancia como causa y origen del error De esa noción de desesperación, entendida como la inconscien- cia o ignorancia de la propia naturaleza espiritual, ya podemos ver con un poco más de claridad qué se entiende por espíritu o por naturaleza espiritual en ese sentido kierkegaardiano. Quizá nuestro lector se pregunte –con suficientes razones– por qué no hemos co- menzado por aclarar qué está significando la palabra ignorancia o 125  Ib., 43. 126  Ib., 92.

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