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JUAN RAMÓN FUENTES JIMÉNEZ 58 nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 51-77, ISSN: 0470-3790 crítico con aspectos que le parecen chocantes, como el hecho de que exista un Dios que sancione a sus hijos por sus límites. Cierto que su actitud epistemológica y filosófica frente a la religión no es la más ortodoxa, y entonces cabe plantearse ¿qué propone Mill en la religión? Tratamos de abordar esta cuestión. 11. PROPUESTA DE UNA NUEVA RELIGIÓN DE LA HUMANIDAD Tras exponer esto, Mill reconoce como única posibilidad frente al sobrenaturalismo cristiano la que él llama Religión de la Humani- dad, si bien hemos de decir que en un autor como el nuestro, todas sus afirmaciones son mesuradas. Mill nunca dogmatizará ni eliminará otras posturas en diversos temas. En el asunto de la religión y con respecto al individuo se muestra tolerante una vez más. Stuart Mill, pese a la hostilidad religiosa en que fue formado, admite también otras religiones sobrenaturales como alternativa para el hombre, siempre y cuando le proporcionen felicidad. Así lo expresa Mill: Pero ambos tipos de religión pueden ser predicados a la vez; y cualquier persona para quien el bien ideal y el progreso del mundo hacia el bien sea ya una religión, aunque el otro credo le pueda parecer que no está basado en una adecuada evidencia, podrá, sin embargo, dejarse invadir por el pensamiento consolador y esperanza- dor de que su verdad es también posible 72 . Por lo tanto, para cualquier persona que persigue el bien ideal y el progreso del mundo hacia dicho bien, eso de suyo es ya una religión. Empero, Mill reconoce abiertamente que entre sobrenatura- lismo y Religión de la Humanidad existe alguna ventaja de la primera frente a la segunda; y esa ventaja es, una vez más, de tipo metafísico y se refiere a una creencia sobrenatural: 72 O. c., 90. Seguramente Mill al hablar de esta clase de religión está influido por Augusto Comte, que también utiliza ese término al hablar de religión.

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