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LA TEOLOGÍA EN LA FILOSOFÍA UTILITARISTA DE JOHN STUART MILL (II) nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 51-77, ISSN: 0470-3790 69 de lo que en realidad están. La llamada moral cristiana tiene todos los caracteres de una reacción, contra el paganismo; en sus precep- tos abunda más el “no harás” que el “debes hacer”. En su horror a la sensualidad ha hecho un ídolo del ascetismo. Es esencialmente una doctrina de obediencia pasiva; inculca la sumisión a todas las autori- dades constituidas 90 . En su descripción de lo que es la moral cristiana, Mill acentúa la dimensión prohibitiva que posee dicha moral, siendo ese perma- nente “no harás” el denominador común de los preceptos morales cristianos. Tiene capital importancia esa sentencia por cuanto que en el pensamiento de John Stuart Mill ello supone la intromisión en la esfera privada del individuo, en su reducto más íntimo y sagrado, esto es, la libertad. Es por esto por lo que Mill ve en la moral cristiana un excesivo celo en la obediencia sin más. Y eso le hace colegir que cuantas virtudes existen en los individuos tales como elevación del espíri- tu, dignidad personal u otras, provienen más bien de las culturas clásicas de Grecia y Roma, las cuales se anticipan en el sentido de lo público y lo ciudadano al cristianismo. Así mismo, para Mill la idea de la moral cristiana, que defiende el amor al prójimo, tiene su correlato en la moralidad pública en el interés por el bien del otro o bien común. Bien, pues ese interés antes que en el cristianismo, Mill lo percibe en las civilizaciones clásicas: “ Si la idea de obligación hacia el público ha llegado a ser una realidad en la moralidad mo- derna, fue entre los griegos y los romanos donde se anticipó y no en el cristianismo” 91 . Podemos, por tanto, concluir que las culturas llamadas paganas se preocuparon de educar en comprometer al individuo con lo pú- blico; y esto después penetró en Occidente por medio de San Agus- 90 O. c., 110. 91 O. c., 111. Se deja ver cómo influyó en Mill la lectura, de niño, de los clá- sicos griegos y latinos, donde se ponen de manifiesto sentimientos de honor, eleva- ción del espíritu, dignidad, dignidad del otro y demás. Para ello Ib ., Autobiografía , O. c., 37 y ss.

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