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ASUNCIÓN ESCRIBANO HERNÁNDEZ 34 nat. gracia LIX 1/enero-abril, 2012, 7-49, ISSN: 0470-3790 manera que nuestras noticias sean a la vez bellas y esperanzadas sin faltar por ello a la triste realidad que conforma nuestro mundo? 48 Una vez más el modelo evangélico puede servirnos como referencia. En tanto que creyentes sabemos que “el Reinado de Dios implica una transformación de todas las relaciones humanas y sociales” 49 y como profesionales de la comunicación de sobra conocemos que muchos acontecimientos de los que a diario constituyen el entorno informati- vo en el que nos movemos podrían subvertir el orden social vigente si fueran convenientemente elevados a la categoría de noticia. En ocasiones, incluso, nuestra tarea en la tarea de aportar una nueva forma al mundo no depende tanto del hecho protagonista de la noticia, en sí, como del modo en que ésta sea comunicada. Una vez más, este es el meollo de la cuestión de cómo desarrollar el oficio de comunicador. En relación también con esa manera en que se generan las no- ticias, hay que recordar que vivimos, por otro lado, en un mundo en el que la micronoticia elevada a la categoría de “bombazo” informati- vo está a la orden del día. Cualquier pequeño o gran acontecimiento puede desestabilizar un gobierno o institución no tanto por su valor intrínseco, como por el tratamiento o la cobertura informativos que le sea otorgado 50 . Sin embargo, el enseñoreamiento de este tipo de 48 He prestado una mayor atención al papel de los trascendentales en la Comunicación en A. ESCRIBANO HERNÁNDEZ, Los trascendentales en la Comu- nicación: una propuesta educativa basada en valores , en Naturaleza y Gracia , 60 (2008), 429-474. 49 R. AGUIRRE, La mesa compartida. Estudios del NT desde las ciencias socia- les . Santander, Sal Terrae, 1994, 166. 50 La clase política y los distintos Estados o Gobiernos pueden constatar, a este respecto, hasta dónde les han llevado determinados actos, no por los hechos acontecidos en sí mismos sino por la orientación informativa –ya sea la negación del hecho en sí, ya una equivocada interpretación de sus causas– por ellos elegida. Los hechos, si no importantes por sí mismos en el momento en que se llevan a cabo, sí al menos pueden ser trascendentales políticamente con posterioridad, debido, por ejemplo, al modo en que se gestionó su comunicación a los ciudadanos una vez que fueron del dominio público. Acontecimientos en nuestro país como los grupos armados que constituyeron los Gal, o las consecuencias políticas del 11-m, por
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