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EL PECADO ORIGINAL, CLAVE PARA ENTENDER EL MUNDO DESDE LA FE 1. “REM TENE, VERBA SEQUENTUR” En dicho documento, los teólogos tuvieron en cuenta el aforis­ mo ‘rem tene, v erba s e q u e n t u r que al parecer Catón y Aristóteles aplicaron a sus respectivas metodologías. Ahora, la ‘res’ o cosa de donde parte el problema y que debe permanecer firme (rem tene'), es la verdad dogmática del pecado original. De no existir tal verdad, no tendría sentido el problema, que pertenece a las posibles consecuen­ cias (verba sequen tur). Pero los teólogos de dicha comisión saben que la labor de la teología no es romper con la doctrina de la Iglesia a causa de las dificultades, sino adaptarla en lo posible dentro de la evolución de las culturas y mentalidades. Este procedimiento teoló­ gico ya lo resumió San Buenaventura admirablemente al principio de su Comentario a las Sentencias. Respondiendo a la cuestión sobre el objeto de la teología, dice concluyendo: “Brevemente, podemos ex­ presarlo en una frase: (el objeto de la teología) es lo que creemos, en cuanto pasa a hacerse inteligible mediante la aplicación de la razón”2. El documento citado de la Comisión Teológica Internacional, en sus largas consideraciones, recoge cuanto en la exégesis, en la cris­ tologia, en la eclesiología y también en la psicología o antropología, puede ayudar a esclarecer la coherencia de dos verdades de fe al pa­ recer difíciles de coordinar: la voluntad divina de que todos se salven y la imposibilidad de la salvación para los niños que mueran sin bau­ tismo, ya que, según el evangelio, este es el único medio (ordinario) establecido por Jesús para obtener la entrada en su Reino. El telón de fondo que se proyecta como sombra inquietante es la verdad incon­ trovertible del pecado original. Realmente a partir de ahí es desde donde, en la historia de la teología, se ha tratado de dar respuesta al punto en cuestión, que la Sagrada Escritura no decide ni ha sido aclarado de modo incontestable por el Magisterio de la Iglesia. 2 Possumus et unico vocabulo nominare; et sic est credibile, prout tamen credibile transit in rationem intelligibilis, et hoc per aditionem rationis. (In I librum sent., Proem., quaest. I, resp.; I, 7). NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 669-694, ISSN: 0470-3790 671

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