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BERNARDINO DE ARMELLADA 15. RECONOCER LA ENFERMEDAD Ciencia desaforada se puede llamar la que desnaturaliza total mente al hombre convirtiéndolo en elemento de un determinismo que configura el proceso inexorable del cosmos. Una humanidad sin libertad, de “hombres robot” radical y totalmente programados, es la negación total de la realidad humana. No hay lugar para la libertad ni para el pecado. Es la terrible enfermedad que no puede ser curada porque se desconoce. Terrible enfermedad que San Buenaventura califica como “múltiple depravación, porque, de la unión con el cuer po, el alma contrae debilidad, ignorancia, malicia, concupiscencia, de las cuales se inficiona la cognitiva, la amativa, la potestativa, y entonces queda inficionada toda el alma”31. Es una enfermedad gra ve que pide ser curada. Y advierte sabiamente el Seráfico Doctor: “Nadie se sana de una enfermedad si no la conoce en su causa junto con el médico y la medicina. Y la enfermedad es la depravación... que está en la parte intelectual y no sólo en la parte sensitiva; la in telectiva, la amativa y la potestativa están inficionadas hasta la médu la. Los filósofos no conocieron la enfermedad, porque ignoraron la causa. Según ellos, el alma se une naturalmente al cuerpo y no con trae enfermedad -d e lo contrario, Dios destruiría las cosas más que conservarlas-. Sin embargo, el alma contrae la enfermedad por la culpa del principio original, esto es, de Adán. Ahora bien, que Adán comió la fruta prohibida no puede saberse por la razón, sino por el oído; y por eso es necesaria la fe. No llegaron, por tanto, a la causa 31 Tertio necesse est, affectus sanari, ut rectificentur. Non sanatur autem aliquis, nisi cognoscat morbum et causam, medicum et medicinam. Morbus autem est depravatio affectus. Haec autem est quadruplex, quia contrahit ex unione ad corpus anima infirmitatem, ignorantiam, malitiam, concupiscentiam; ex quibus inficitur intellectiva, amativa, potestativa; et tune infecta est tota anima. Has omnino non igno- raverunt, nec omnino sciverunt. Videbant enim hos deffectus, sed credebant, eos esse in phantasia, non in potentiis interioribus. Credebant enim, quod sicut sphera movetur contra spheram, sic phantasia moveret et incliaret ad exteriora, sed intellectus natural- iter ad superiora; et tamen deceptifuerunt, quia hae infirmitates in parte intellectuali sunt, non solum in parte sensitiva: Intellectiva, amativa, potestativa infectae sunt usque ad medullam.Collationes in Hexaémeron, coll. VII, n.8; V, 366a-367b. 692 NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 669-694, ISSN: 0470-3790
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