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FRANCISCO JAVIER CAMINERO Y MUÑOZ: UN PRECURSOR. Se inclina en los últimos años hacia un catolicismo que defienda la fe, la familia y la propiedad, como los más modernos tradicio- nalistas llamados oportunistas de la Unión Católica, como Pidal y Mon, Carlos María Périer, Pérez Villamil. En este aspecto se distancia de Zeferino González19, que evoluciona hacia un liberalismo cató­ lico en la línea de F. Dupanloup en Francia. Caminero nunca estará ubicado en la Unión Católica, le cuesta dejar el tradicionalismo, si bien puede aceptar cierta convivencia de tipo accidentalista con un liberalismo doctrinal. En este aspecto, puede que su acercamiento al liberalismo de forma accidental se deba a la influencia del nuevo posicionamiento político de Roma, en la figura de León XIII. 2. LA APOLOGÉTICA EN LOS ESTUDIOS BÍBLICOS20 En la apologética, Menéndez y Pelayo lo consideró el intelec­ tual más preparado y fino de la época. ..'T ero Caminero no es sólo escriturario, sino controversista filosófico de grandes alientos. Poco escolástico, más bien inclinado al tradicionalismo (al mitigado del P. Ventura, se entiende, no al de Bonald, que hoy ningún católicopa ­ trocina), ha preferido siempre, a la exposición didáctica de su propio 19 En estos incluye a Fr. Zeferino González en la línea Félix Dupanloup, cf. manuscrito, Carta d e Silverio a su am igo Fern an do. Monasterio de Piedra, 1885, de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, Mns. 56.1.7, 1-68. Es un autentico testamento político, en sus páginas, rezuma un tradicionalismo compatible con un liberalismo templado, limitador defensor de la fe, condenando el liberalismo y dejando el abso­ lutismo, ya que ninguna forma política está reñida con el catolicismo. Pero tenemos nuestras dudas es de Caminero, está fechado en agosto de 1885 y el autor muerte en abril de ese año. Aunque está afiliado a la Unión Católica, ya que en carta de apoyo a Menéndez y Pelayo en el brindis por el Centenario de Calderón, aparece su firma. Cf. Epistolario, V, O. c., carta 60, Madrid, 4 de junio de 1981 20 En la apologética de los estudios Bíblicos en el siglo XIX, además de Francisco Caminero; hay que destacar R. FERNÁNDEZ VALBUENA (1848-1922), con obras como Egipto y Asiría resucitados (1895) y La A rqueología grecolatin a ilus­ trando el Evangelio (1909); culmina con la obra del P. LINO MURILLO, Jesucristo y la Iglesia R om an a (1898). NAT. GRACIA LV1II 3/septiembre-diciembre, 2011, 633-668, ISSN: 0470-3790 641

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