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FUGA DEL YO ANTE EL MUNDO Y SU IMPERIOSA RESPONSABILIDAD SOCIAL cabeza en el absurdo”75, así lo hace, no deja oculta la dificultad ni tampoco la grandeza del acto de fe, y añade una especie de apéndice a la historia de Abraham que tampoco puede dejar de ser tomado en cuenta: ...durante todo este tiempo creyó, creyó que Dios no le exigiría a Isaac, pero al mismo tiempo se hallaba dispuesto a sacrificárselo, si así estaba dispuesto. Creyó en virtud del Absurdo, puesto que no había lugar para humanas conjeturas, y era absurdo pensar que si Dios le exigía semejante acto, pudiera, momentos después, volverse atrás. Ascendiópor la montaña, y todavía cuando ya relucía el cuchi­ llo creyó... que Dios no le exigiría a su hijo. No hay duda que debió sorprenderle el desenlace, pero ya con un doble movimiento llegó a su estado de ánimo anterior, y pudo recibir a Isaac con mayor alegría que la primera vez. Pero vayamos más lejos y supongamos que Isaac hubiera sido sacrificado. Abraham creía. No creyó que llegaría el día en que sería bienaventurado allá en el cielo, sino el día de lafelicidad aquí en la tierra. Dios podía darle un nuevo Isaac, Dios podría volver a la vida al sacrificado. Creyó en virtud del absurdo, pues las conjetu­ ras humanas hacía mucho que se habían agotado16. Vemos ahora el lado positivo, que aún no se hacía del todo patente en esa representación del Pseudo-Abraham, se ve ahora con claridad la infinita confianza de Abraham en Dios, una confianza que es la más clara manifestación del amor. Consideramos, además, oportuno tomar la descripción de la fe que da en esta ocasión, y dejarla como esa frase sugerente que recoge el espíritu de lo que hemos venido tratando: “cerrar los ojos, y rebosante de confianza, saltar y zambullirme de cabeza en el absurdo”77. 75 ID. 76 I b 35. 77 I b 33. NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 577-632, ISSN: 0470-3790 615

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