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FUGA DEL YO ANTE EL MUNDO Y SU IMPERIOSA RESPONSABILIDAD SOCIAL En este sentido paradójico, perteneciente a lo que se presenta como una comprensión ocultamente más elevada, no hay argumen tación posible, ya que está situado en relación a lo absurdo, pero te nemos que agregar, desde el espíritu kierkegaardiano, que cuando se dice en ese determinado contexto, que el más grande es el que tiene por fuerza su debilidad, el que tiene por sabiduría una locura, por esperanza lo absurdo y por amor el odio a sí mismo, no hablamos de cualquier absurdo, hablamos del absurdo divincf1. Es cierto que en la costumbre y en la aparente seguridad de la sensata razón, este tipo de afirmaciones podrían llegar a causarnos alguna incomodidad o desazón, pero también podemos entender que frente a toda propuesta debe darse el beneficio de la duda, debe considerarse la posibilidad de su viabilidad, y no sería justo tratar el tema de Abraham desde un campo totalmente ajeno y descontex- tualizado, así como tampoco lo sería, el ignorar la advertencia de Kierkegaard respecto a la tendencia natural de huir de lo incómodo, ya que al ignorar esta manera de hablar, ciertamente distante del len guaje filosófico de nuestra época, podríamos estar siendo víctimas de la cobardía y de la intolerancia teofóbica. Dejando claras algunas diferencias entre este planteamiento pa radójico y los planteamientos realizados desde el plano ético y esté tico cuando estudiamos la figura del Pseudo-Abraham, nos hacemos la siguiente pregunta: si Kierkegaard canta la grandeza de Abraham, describiendo su actuar desde la insensata paradoja, ¿dónde funda mentará su actuar -si es que hay algún fundamento- aquel antiguo patriarca? Kierkegaard responde: “(Abraham) Dejaba algo tras él y también se llevaba algo consigo: tras él dejaba su razón, consigo se llevaba su fe; si no hubiera procedido así nunca habría partido por que habría pensado que todo aquello era absurdo”48. 47 Alusión de Kierkegaard al Fedro de Platón: “Cfr.Platón, Fedro, 22 y 37”. Desconocemos tal nomenclatura, pero suponemos que hace referencia al parágrafo 251. (PLATÓN, Fedro, Madrid, Gredos, 1982, 352, § 251d) 48 S. KIERKEGAARD, Temory Temblor, Madrid, Tecnos, 1987, 25. NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-dic¡embre, 2011, 577-632, ISSN: 0470-3790 607
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