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HÉCTOR IGNACIO RODRÍGUEZ ÁLVAREZ ese lugar? ¿Qué cosa habrá de especial en la acción ejecutada por Abraham en relación con las otras? Este ejercicio imaginativo narrado por Kierkegaard y que a continuación se describe y analiza, es clasifi­ cado en cada caso con un nombre que intenta recoger el espíritu des­ de el cual actúa un personaje al que llamaremos Pseudo-Abraham, personaje que encarna cuatro actitudes humanas, que pueden tener ciertas semejanzas con la actitud de Abraham, pero que realmente al tener la menor diferencia, ya son infinitamente desemejantes: 1 . 2 . 5 . 1 . Lo demoníaco Pero Abraham se decía: no debo seguir ocultándole por más tiempo a donde le conduce este camino. Se detuvo entonces y colocó su mano sobre la cabeza de Isaac, en señal de bendición e Isaac se inclinó para recibirla. Y el rostro de Abraham era paternal, su mirada dulce y sus palabras amonestadoras. Pero Isaac no le podía comprender, su alma no podía elevarse a tales alturas, y abrazándose entonces a las rodillas de Abraham, allí a sus pies, le suplicó, pidió gracia para su joven existencia, para sus gratas esperanzas; recordó las alegrías del hogar de Abraham y evocó el luto y la soledad. Entonces Abraham levantó al muchacho y comenzó a caminar de nuevo, llevándole de la mano, y sus palabras estaban llenas de consuelo y exhortación, pero Isaac no podía comprenderle. Abraham seguía ascendiendo por la senda del Moriahpero Isaac no le comprendía. Entonces se apartó brevemente Abraham dejunto al hijo, pero cuando Isaac contempló de nuevo el rostro de supadre, lo encontró cambiado: terrible era su mirar y espantosa sufigura. Afielando a Isaac por el tórax lo arrojó a tierra y dijo: “¿Acaso me crees tu padre, estúpido muchacho? ¡Soy un idólatra! ¿Crees que estoy obrando asípor un mandato divino? ¡No! ¡Lo hagopor­ que me viene en gana!” Tembló entonces Isaac y en su angustia clamó: 7 Dios del cielo! ¡Apiádate de mí! ¡Dios de Abraham! ¡Ten compasión de mí! ¡No tengo padre aquí en la tierra! ¡Sé tú mi padre!” Pero Abraham musitó muy quedo: “Señor del cielo, te doy las gracias; preferible es que me crea sin entrañas, antes quepudiera perder sufe en ti”29. En este primer ejercicio imaginativo, se muestra cómo un hom­ bre distinto a Abraham pudo actuar en ese momento; se expone a 29 I b 23 . 598 NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 577-632, ISSN: 0470-3790

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