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HÉCTOR IGNACIO RODRÍGUEZ ÁLVAREZ de lo establecido, de lo presumido y de lo pre-asumido, y que cier­ tamente da la impresión de que termina siendo poco conclusiva, pero que, por otro lado, tiene un valor incalculable por la claridad y honestidad epistemológica que nos obsequia. A partir del planteamiento kierkegaardeano, podemos decir que la vivencia se almacena en un mundo interior, un mundo de concien­ cia, y al saber esto, el hombre que ha apreciado y seguido la máxima socrática, que se sabe ignorante y que busca con esfuerzo y seriedad conocerse a sí mismo19, no se deja estafar ni le satisface el pragma­ tismo caracterizado por la vacuidad de su eficacia; no le dice mayor cosa aquel resultado en el cual un deseo específico se ve exterior y aparentemente satisfecho; mucho menos le contenta ese ajeno y su­ perficial cúmulo informativo, usado y exhibido generalmente como el dinero y la mercancía. El verdadero saber debe partir de la inte­ rioridad, ya que cualquier paso más allá de ella no parece legítimo mientras no se haya logrado atenderla y conducirla. Retomando lo ya dicho, tenemos algunos puntos esclarecidos: 1. Para llegar a practicar la duda radical (o cualquier cosa que se quiera practicar con seriedad) es necesario empezar por aceptar que no se posee cabalmente, es decir, que se es ig­ norante al respecto. 2. Asumida la condición de ignorancia, debe emprenderse una profunda búsqueda personal, existencial, de aquel saber que se intenta alcanzar; llevarlo a la propia vida, padecerlo, em­ paparlo todo con dicha búsqueda, y dejar apenas una “ver­ dad provisional”, según el ejemplo cartesiano, en el caso que sea necesario. 3. En tercer lugar, y ligado al punto dos, será preciso que en esa búsqueda haya un continuo esfuerzo y una perseverancia 19 Podría haber cierto acercamiento a lo fenoménico, pero lo que se entiende es que al disponerse a conocer el alma, se conoce del mundo lo único cognoscible, las impresiones que de él llegan al alma, aunque no parece ser esta la labor princi­ pal de la filosofía de la interioridad. 592 NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 577-632, ISSN: 0470-3790

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