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HÉCTOR IGNACIO RODRÍGUEZ ÁLVAREZ ...su presencia aqu í en la tierra jamás es algo pasado... Él no es ni será para nadie Aquel del que se sabe por la historia y nada más; pues por la historia no se puede llegar a saber nada de Él, ya que en general, nada puede “ saberse”acerca de Él. Él no ha de ser, humana­ mente, juzgado según las consecuencias de su vida, Él es y será señal de escándalo y objeto de la f e u. Es en Temor y Temblor donde Kierkegaard trata la noción de fe con el mayor detenimiento y desde su sentido originario; intenta mostrar cómo el actuar a partir de ella, lleva a la persona a un esta­ dio particular, más allá de la ética heroica, honrada por la poesía y la cultura griega clásica, aunque en el seno y esplendor de la misma, Sócrates marca un antecedente de su indiscutible superación. Un actuar meta-ético, centrado en una relación absoluta con lo absoluto, se presenta como un hecho que parece poner entre parén­ tesis eso que acostumbramos a llamar ley , ese deber-ser y el discurrir que se hace sobre ello. La ética, con su pretensión racionalista universalista, no podría jamás ver con buenos ojos un actuar como el que tiene Abraham cuando se dispone a dar muerte a su hijo. Pero ¿por qué ninguna ge­ neración se ha atrevido a calificar el acto de Abraham como un acto desquiciado y lleno de maldad? ¿Por qué no se ha atrevido a afirmar que es un acto producto de una desordenada y caprichosa voluntad, como toda aquella desprovista del temple de la razón? Kierkegaard, liberado finalmente del miedo a ser burlado o con­ denado por su sociedad -que como toda la occidental está dominada por la herencia de la ética trágico-clásica o la ética teológica farisaica, ambas reforzadas con el kantismo de la razón pura y sus implica­ ciones prácticas;es decir, una sociedad donde la ley juega el papel preponderante-, se atreve en su libro a dar respuesta a aquellas dos preguntas, afirmando la magna bondad de un actuar guiado por la fe. No es un planteamiento sin precedentes en cuanto a su fin, ya que encarnar la lucha de la subjetividad, la lucha del hombre 14 S. KIERKEGAARD, Ejercitación del Cristianismo , Madrid, Trotta, 2009, 31. 5 8 8 NAT. GRACIA LV1II 3/septiembre-diciembre, 2011, 577-632, ISSN: 0470-3790

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