PS_NyG_2011v058n003p0491_0541

MODESTO BERCIANO VILLALIBRE la capacidad de saber y de la razón; y que le da valor a éstos64. Este presupuesto haría posible la adecuación. Pero ¿en qué consiste lo verdadero así entendido? Hay que excluir que es un sistema de cate­ gorías en sentido kantiano. ¿Es algo práctico o vital? ¿De dónde pro­ cede? ¿De una intuición? ¿De una iluminación? ¿De la naturaleza de la razón humana? Y en este caso ¿qué implicaría una naturaleza así? Según Schleiermacher, la medida y norma de la verdad es el sentimiento de persuasión. En un sentimiento de persuasión escaso no puede haber verdad; en uno grande no puede haber error. En el idealismo, el joven Fichte hacia 1800 busca la verdad en la fe y en la conciencia. En la Teoría de la ciencia de 1801, el lugar de lo que Jacobi consideraba como “lo verdadero en sí” lo pone Fichte en el ser absoluto; y en la edición de 1804 de la misma obra se ve la verdad como ascensión hacia lo absoluto, lo cual se sustrae al saber. La verdad se convierte así en el concepto más alto de una teología filosófica negativa; en el equivalente del concepto de absoluto. En cambio Hegel ve la filosofía como ciencia objetiva de la verdad, que es sólo una. El concepto de verdad como adecuación o correspon­ dencia tiene gran valor; pero no en el sentido tradicional, orientado hacia la correspondencia del juicio y el objeto, sino orientado hacia la correspondencia interna de sujeto y predicado. La verdad no se re­ fiere a una cosa en sí tras el conocer. Hay una unidad de concepto y realidad. Por eso en todos los objetos hay verdad ontologica, ya que en el fondo la correspondencia consigo mismo es la condición de existencia de todo objeto. Por otra parte, lo finito lleva el sello de la correspondencia de concepto y objeto; y en este sentido el objeto no es verdadero. En Hegel hay una jerarquía de verdades, cuyo punto culminante está en el Absoluto, que es la totalidad y lo verdadero65. Como se sabe, las reacciones contra el idealismo fueron varias. Una de ellas fue la de Schopenhauer. Este autor vuelve a centrarse en el juicio. Éste está en relación con algo diferente de él, que es su fun- 64 W. JAESKE, en J. SZAIF et al., Wahrheit, i b 90. 65 Ib., 90-91. 512 NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 491-541, ISSN: 0470-3790

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz