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MODESTO BERCIANO VILLALIBRE Y dentro de la tradición aristotélica, Pico de la Mirándola considera la verdad como única. Las múltiples doctrinas filosóficas y teológicas, más que debilitar esta opinión, la sustentarían. Giordano Bruno ad­ mite una verdad celeste y otra terrestre. Los filósofos buscan la ver­ dad suprema; pero ésta es inaccesible e incomprensible. En Lutero se encuentran las expresiones: “Cristo es la verdad”, “Dios es la verdad”; y se opone al uso de métodos filosóficos en la teología, como hace la escolástica. En cambio Melanchton sí admite tales métodos en la teología, aunque se opone a las disputas filosóficas y busca una filo­ sofía que no discuta, sino que busque la verdad. Y Montaigne llega al escepticismo. Más importancia tienen para nosotros los filósofos; y el pri­ mer filósofo importante en este sentido es Descartes. Como se sabe, Descartes establece como criterio general de verdad la percepción clara y distinta: “Todo aquello que percibo de manera muy clara y distinta es verdadero”53. Descartes se queda solo ante sus represen­ taciones. Que esta norma sea válida para el “pienso, luego existo, parece obvio. Pero la validez a partir de ahí, incluso para las verda­ des matemáticas, exige que el pensar tenga la garantía de que no puede ser falso. Y Descartes tiene que demostrar que existe Dios, que es omnipotente, infinitamente bueno y que no puede tenerme engañado54. No entramos aquí en las demostraciones cartesianas. Nos limita­ mos a hacer algunas observaciones sobre su concepto de verdad. En primer lugar, en Descartes se da una gran reducción de la verdad, a lo que se percibe de modo claro y distinto. Que en lo así percibido se dé una adecuación al objeto, parece obvio. Pero quien tiene la prioridad aquí es el sujeto con su idea clara y distinta. Tanto que, como dice Zubiri, la percepción clara y distinta es la que decide si algo es ente o no lo es. “Descartes nos dice que todo lo que veo con una percepción clara y distinta, sin duda (procul dubio ) es algo 53 DESCARTES, Meditaciones, III.2. 54 I b 111,4. 508 NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 491-541, ISSN: 0470-3790