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PARA UNA TEORÍA ACTUAL SOBRE LA VERDAD los problemas. ¿Qué es lo que realmente se compara en el juicio? ¿Se comparan dos conceptos? ¿Se compara un concepto intelectual con la cosa misma? ¿Se compara el concepto con una representación de la cosa, con el fantasma? Sobre esto se han dado discusiones entre los tomistas, sin llegar a ponerse de acuerdo. Sobre todo porque ya los textos de Tomás de Aquino no son claros ni uniformes. Algunos creen que se comparan dos conceptos; otros creen que se compa­ ran una concepción del entendimiento con la cosa que representa; otros piensan que se compara una concepción intelectual con una representación sensible de la cosa, etc. El problema no tiene fácil solución. El punto central de la dificultad estaría en el hecho de que es imposible comparar lo pensado con lo real, que queda siempre fuera del sujeto y que en el sujeto lo real es siempre un “conocido”. Santo Tomás no da sobre esto ninguna respuesta explícita. En al­ gunos casos el juicio parece que se compara con las cosas: “El cual juicio, si está en consonancia con las cosas, será verdadero; como cuando el intelecto juzga que la cosa es lo que es o que no es lo que no es; pero será falso cuando está en disonancia con la cosa, como cuando juzga que no es lo que es o que es lo que no es”45. En otros casos parece que se queda todo dentro de la mente: “Hay verdad y falsedad en tanto que el intelecto no sólo posee la semejanza, sino que además reflexiona sobre la misma semejanza, conociéndola y juzgándola. Así pues, por todo esto se hace patente que la verdad no está en las cosas, sino sólo en la mente”46. No queremos dejar de notar que para Tomás de Aquino la ade­ cuación no se da de una vez por todas, sino que más bien es un proceso. El motivo está en que las cosas son complejas y las especies tienen sus límites; si representan una cosa, no pueden representar otra. Por eso el intelecto ha de comprender componiendo y divi­ diendo, en una sucesión de actos. “El intelecto humano no recibe un conocimiento perfecto de la cosa de modo inmediato en la primera aprehensión, sino que primero aprehende algo de ella, esto es, la 45 TOMÁS DE AQUINO, In I Peri h e rm e n e ia s I, 3, ad 2. 46 ID., In VIMetaphysicorum ., IV, 1236; cf. C. SEGURA, i b 103-113.139-159. NAT. GRACIA LVIII 3/septiembre-diciembre, 2011, 491-541, ISSN: 0470-3790 505

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