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EL HORIZONTE ÉTICO-EXISTENCIAL DEL MUNDO MULTICULTURAL.. imagine52). Conocerpor las creaturas, es conocer a Dios a través del conocimiento creatural; sin embargo, hacerlo en las creaturas, es llegar a comprender a Dios en su misma presencia e influencia en la creatura53. La nada del ser humano, su nihilidad presupuesta (parafrasean­ do a san Gregorio: “Ecce, quam nihil est homo ! 54) y existencial (su vanidad55) queda constitutivamente sobrepasada por su capacidad expresiva y participada del Bien de Dios que le confiere su existen­ cia participada. Así, en Dios la bondad es la clave de la pluralidad de personas; la primera de las características. La pluralidad de per­ sonas implica que Dios es suma felicidad, perfección, simplicidad y primaridad. Y que es suma felicidad implica que es suma bondad, caridad y alegría. De hecho, la bondad tiene como calidad metafísica propia el hecho de comunicarse ( “bonun diffusivum sui”56\ el amor 52 Ib., c. 2 y c. 4: V, 299b-303a; 306a-308a. 53 S. BUENAVENTURA, I Sent., d. 3, a. un., q. 3, concl.: I, 74b. 54 S. BUENAVENTURA, Soliloquium, c. 2, n. 3: VIII, 45a. Cf. S. GREGORIO, Moralia , lib. 6, c. 6, n. 8, PL 75, 733c. 55 “Creatura enim omnis ex nihilo est, et aliunde habet esse. Quia ex nihilo est, ideo quodam modo vana est et vanitati subiecta est”. (S. BUENAVENTURA, II Sent., d. 37, a. 1, q. 2, resp.: II, 8ó5b); cf. ID., I Sent., proem.: I, 3b; ID., Brevil., p.5, c.2: V, 235b. J. F. Quinn señala como la creatura en su condición de “ser creada de la nada” se contrapone a “ser eterno”, pues la existencia del tiempo comienza con la existencia del mundo y es en esta condición en la que hay que encontrar en Dios el fundamento de la realidad creada y material. J. F. QUINN, The historical constitution o f st. Bon- aventure’s philosophy, Totonto, Pontifical Institute of Medieval Studies, 1973, 662- 663- Esta cuestión es afirmada, también, por R. Macken cuando afirma que la creación “ex nihilo” señala en la absoluta dependencia de la creatura de Dios: “la existence (de la creatura) ne lui appartient pas en propre, de sorte q u ’elle a constantemment besoin d ’être soutenue dans l ’existence p a r le Créateur* (R. MACKEN, le statut philosophique de la matière selon Bonaventure, en Recherches de théologie ancienne et médiévale 47 (1980) 207). 56 PSEUDO-DIONISIO, De divinis nominibus, c.4, n. 1, PG 3, 693b. Cf. ID., De coelesti hierarchia, c.4, n. 1, PG 3, 177c. El origen de esta expresión descansa en el Pseudo-Dionisio, en concreto, aparece en su obra De divinis nom inibus cuando afirma que “en cuanto bien esencial, él (Dios-Bien) extiende su bondad a todo ser”. A san Buenaventura le llega esta fórmula de modo indirecto. Conocía, sin duda, los escritos de Felipe el Canciller, Guillermo de Auxerre y Guillermo de Auvergne; pero toma contacto con este axioma, sobre todo, de la mano de Alejandro de Hales. NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 419-453, ISSN: 0470-3790 443

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