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MANUEL LÁZARO PULIDO Recordábamos al principio que el viaje anunciaba la tormenta del martirio (vivida como virtud por san Francisco). Sin embargo, el final reservado para él es otro. El encuentro auténtico no provoca los resultados previstos por los ojos normales del hombre, por la mentalidad pragmática. De ahí que la respuesta fracasada sea, en muchas ocasiones, tan difícil de aceptar en un principio. Pues la resolución no está en la consecuencia prevista en una lógica mer­ cantil, de cosas materiales o ideas, dominio o fuerza. San Francisco ni obtiene el martirio, ni tampoco convierte al sultán. Personalmente, incluso se siente frustrado y, sin embargo, sigue animando a realizar encuentros de ultramar, a hacer apostolado y misionar. Sin duda al­ guna, Francisco entiende, en clave apostólica, que la propuesta del diálogo como entrega personal y vida auténtica es la única posible. Ahí reside el éxito de la realidad humana básica en la creación de identidad cultural: el diálogo sólo es posible entre personas que hacen lo que de verdad son: expresión de una vida en donación. El diálogo de esta forma se basa en la comunicación entre personas. Amén de dificultades entre paradigmas culturales, como señala Fran­ cisco Martínez Fresneda: “La acción de Francisco es inútil cara a la Iglesia y al mundo. -Predicó la palabra del Señor a los sarracenos durante algunos días, aunque en realidad con escasoprovecho». Su acción supone un hecho intrascendente para las instituciones que gobiernan en Occidente, y simplemente no se tiene en cuenta por los poderes, porque él no representa a ninguno de ellos al no poseer riqueza alguna, y porque tales poderes están imposibilitados para captar desde qué fundamen­ tos actúa Francisco y por qué causa... Francisco de Asís no consigue nada, pero hace memoria de Jesús y abre las puertas de una nueva forma de situarse ante los enemigos del cristianismo de entonces y los ajenos a lafe de siempre ”33. 33 F. MARTÍNEZ y J. C. GARCÍA, La paz, O.c., 212; 216. La cita es de J. DE VITRY, Carta segunda, en S. FRANCISCO DE ASÍS, Escritos, biografías y documen­ tos de la época, ed. J. A. GUERRA, Madrid, BAC, 2000, 964-965. Edición original: ID., Deuxième építre (1220), en R. B. C. HUYGENS, Lettres de Jacques de Vitry, (1160/1170-1240) évêque de Saint-Jean-d Acre, Leiden, Brill, I960, 131-133. 436 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 419-453, ISSN: 0470-3790

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