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BERNARDINO DE ARMELLADA bre más excelente que puede corresponder a una pura criatura, no sólo se le debe el culto de dulía , sino el de hiperdulía 54. Conclusión: María, Madre sacerdotal. - Es la consecuencia de todas las consideraciones hasta aquí dedicadas a la teología del sa­ cerdocio y a su carácter singular en la mariología de San Lorenzo de Brindis. En primer lugar, María, como hija de Dios por la gracia santificante, es miembro excelente del “Pueblo sacerdotal” y posee, por tanto, el sacerdocio espiritual de todos los cristianos. Además, junto con la gracia de la filiación adoptiva, posee la gracia única de la maternidad divina, continuamente subrayada por San Lorenzo, como muestran los textos recogidos en este estudio. Al mismo tiem­ po aparece con toda diafanidad, que su oferta o sacerdocio en la presentación de Jesús en el templo y, particularmente al lado de la Cruz de Cristo, es un sacerdocio como madre: “ Estaba en pie junto a la Cruz. .. la sostenía la fuerza del espíritu y la quería allí su corazón materno. El espíritu de María era el Sacerdote , como la Cruz era el al­ tar y Cristo la víctima del sacrificio... Realmente el espíritu de María, unido al de Cristo, ejercía una acción sacerdotal junto al altar de la cruz: ofreciendo al Dios eterno el sacrificio de Cristo por la salvación del mundo”... De ella, como del Padre, con el que fue muy seme­ jante, podemos decir: Tanto amó al mundo, hasta el extremo de en­ tregarle su Hijo Unigénito, para que quien crea en Él noperezca, sino que tenga la vida eterna”. He aquí a María, como Madre sacerdotal. En esta estrecha y maravillosa unión de Cristo y María en el Cal­ vario adquiere un sentido espiritual profundo la devoción cristiana 54 “Dicendum quod Beatissima Virgo Maria pura creatura est; et ideo ad honorem et cultum latriae non ascendit. Sed quoniam excellentissimum nomen habet, ita quod excellentius purae creaturae convenire non potest, ideo non tantum debetur ei honor duliae, sed hyperduliae. Hoc autem nomen est, quod virgo existens, Dei Mater est, quod quidem tantae dignitatis est quod non solum viatores, sed etiam comprehensores, non solum homines, verum etiam angeli eam revereantur, quadam praerogativa speciali. Ex hoc enim quod MaterDei est, praelata est ceteris creaturas et earn prae ceteris decens est honorari et venerari. Hic autem honor consuevit a mag- istris hyperdulia vocari”. S. Bonaventura, In III Sent., dist. 9, art. 1, q. 3,; III, 206 a. 416 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 385-417, ISSN: 0470-3790

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