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BERNARDINO DE ARMELLADA cativo de sí mismo, al engendrar un Hijo consustancial a él, coeterno y coigual, y producir al Espíritu Santo también coigual a él en todo; de manera que sin el conocimiento de este misterio no podríamos conocer, como es necesario, el sacramento de nuestra redención: en este misterio se nos revela la infinitud de la potencia, sabiduría y bondad de Dios, además de su misericordia, clemencia y caridad infinitas para con nosotros. De otro modo no podríamos conocer el don infinito de Dios, que “tanto am ó a l m undo , hasta entregarle su Hijo unigénito Qn 3, 16); ni p od ríam o s con o cer el don d el Espíritu S an to’*9. En un trabajo de hace años, me ocupé de estudiar y poner de relieve la relación de María con Dios y, específicamente, con las tres Personas de la Trinidad40. Allí ponía en evidencia el aspecto profun damente trinitario de la Mariología de San Lorenzo en su original concepción del amor esponsal de Dios-Trinidad a María. La escena de la “Anunciación” la ve como suceso de carácter intensamente esponsal. Personaje clave es el ángel, embajador o paraninfo, que llega en busca de una novia para Dios Padre, el cual desea unirse a ella en matrimonio y hacerla así Madre de su Hijo. El Espíritu Santo será ese vigor paterno, que Lorenzo califica alguna vez como “don” o dote para la novia, que es María. El Padre no podía menos de buscar la esposa más agraciada del mundo para hacerla Madre de su Hijo predilecto. Por eso ve S. Lorenzo en la relación de amor 39 “Sed si mysterium hoc Trinitatis incomprehensibile est ... cur nobis reve lare Deus voluit? Revelavit quidem ut quo magis eum cognosceremus eo magis dili- geremus. Et quidem hinc máxime constat Deum infinitum esse bonum et sui ipsius máxime communicativum, cum Filium sibi consubstantialem, coaetemum et coa- equalem genuerit, Sanctumque Spiritum similiter coaequalem sibi in ómnibus pro- duxerit et absque huius cognitione mysterii non possemus, ut par est , redemptionis nostrae sacramentum cognoscere infinitamque in eo Dei tumpotentiam, sapientiam et bonitatem, tum erga nos misericordiam, clementiam et caritatem; non possemus cognoscere infinitum donum Dei, quoniam sic Deus dilexit mundum, ut Filium suum unigenitum daret Qn 3,16); donum item Spiritus Sancti”. Opera Omnia, vol. VIII, Dominicalia , serm. Dominica Trinitatis , n. 3; pp. 452-453. 40 Bernardino de Armellada, Amor esponsal del Dios-Trinidad a la Virgen María (siguiendo el ‘Mariale’ de San Lorenzo de Brindis , en AA. W ., Negotiumfidei. (Istituto Storico dei Cappuccini, Roma 2002) 287-313. 410 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 385-417, ISSN: 0470-3790
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