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BERNARDINO DE ARMELLADA Tales razones comprenden: el ejemplo, consignado en las Sagradas Escrituras, de Cristo que escogió sus Apóstoles sólo entre varones; la práctica constante de la Iglesia, que ha imitado a Cristo, escogien­ do sólo varones; y su viviente Magisterio, que coherentemente ha establecido que la exclusión de las mujeres del sacerdocio está en armonía con el plan de Dios para su Iglesia ’n8. Pablo VI asumía las conclusiones de la declaración Inter Insigniores de la Comisión teo­ lógica internacional sobre la cuestión de la admisión de las mujeres al sacerdocio ministerial. En su estudio profundo sobre la actitud de Jesús y la tradición sana de la Iglesia de no conferir el sacerdocio ministerial a las mujeres, se hace ver que la Iglesia se encuentra ante algo que pertenece a su misma esencia19. Juan Pablo II citará esta declaración de Pablo VI en su Carta Apostólica Ordinatio sacerdo- talis sobre la ordenación sacerdotal reservada sólo a los hombres (22 de mayo de 1994)20. Benedicto XVI en su enseñanza repetida sobre “María y el sacerdote ”, ve a la Virgen como Madre especialmente protectora de los sacerdotes en los que contempla la imagen y la misión de su Hijo Sacerdote. Nunca dice que fuera hubiera recibido el carácter sacerdotal. Lo cual no quita que su misión como Madre 18 “ Your Grace is of course well aware of the Catholic Church’s position on this question. She holds that it is not admissible to ordain women to the priesthood, fo r very fundamental reasons. These reasons include: the example recorded in the Sacred Scriptures of Christ choosing his Apostles only from men; the constant prac­ tice of the Church , which has imitated Christ in choosing only men; and her living teaching authority which has consistently held that the exclusion of women from the priesthood is in accordance with the God’splan fo r his Church”. AAS 68 [1976] 599. 19 Se subraya que igualdad no significa identidad dentro de la Iglesia, que es un cuerpo diferenciado en el que cada uno tiene su función... el único carisma supe­ rior que debe ser apetecido es la caridad. Los más grandes en el reino de los cielos no son los ministros, sino los santos. Dicha declaración fue aprobada por Pablo VI el 15 de octubre de 1976. 20 Ante las dudas suscitadas sobre el valor de la doctrina contenida en esa Carta Apostólica “Ordinatio Sacerdotalis”, la Congregación para la Doctrina de la Fe, con fecha de 28 de octubre de 1995, aclaró que la doctrina, según la cual la Iglesia no tiene facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, debe considerarse dictamen definitivo, y se ha de entender como perteneciente al depó­ sito de la fe. 398 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 385-417, ISSN: 0470-3790

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