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FERNANDO BENITO MARTÍN venían abajo, empezando por el hundimiento definitivo de un statu quo internacional cimentado sobre las potencias mundiales que lo habían sido a lo largo de los últimos 150 años. El Reino Unido, Fran cia, Alemania, Italia o la propia Bélgica, sabían que nada volvería a ser como antes, e intentaban, todavía principalmente de modo individual, posicionarse en el nuevo concierto mundial. Los nuevos dueños de la escena, Estados Unidos y la Unión Soviética, pero tam bién otros emergentes como China, corroboraban con sus actitudes, en verdad, que nada iba a ser ya igual a como lo había sido hasta ahora. Y en Europa entonces, como reconocería el propio Spaak, “en aquel tiempo, verdaderamente se tenía miedo a los rusos. Oírlo decir constituía un alivio ”124. También aquel miedo a la guerra por venir contribuiría en gran medida a sentar las bases del proyecto europeo que, como es sabido, germinaría inicialmente en los territorios de la Europa atlántica. En enero de 1946 fue nombrado presidente de la Asamblea Ge neral de la o n u , y en 1949 (y hasta su dimisión en diciembre de 1951) presidente también de la Asamblea Consultiva del Consejo de Euro pa, foro ante el que en agosto de 1950 Robert Schuman defenderá su plan para la Europa unida y en el que en abril de 1951, mediante el Tratado de París, se llevaría a cabo la constitución de la ya men cionada Comunidad Europea del Carbón y el Acero ( c ec a ). Fueron esos años una época de constantes reuniones con los representantes políticos de la Europa occidental con quienes Spaak debatió el futuro de Europa. Su cercanía esos años a quienes, como él, fueron los ver daderos motores de la Unión Europea, Schuman y Monnet, por ejem plo, supuso un notable aliciente que acabaría dando sus frutos125. Su salida de la escena europea coincidiría con la crisis producida por 124 i b 153 . 125 “En la vidapolítica, tan dura por logeneral , reconfortan esos momentos en que uno se siente en comunión de pensamiento con hombres de los que aprimera vista parecen separarnos muchas cosas, pero a quiénes se estima por acercarnos a ellos un gran ideal. En tales condiciones, el combate se hace másfácil”, Combates sin acabar, O. c., 247 . 372 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 323-381, ISSN: 0470-3790
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