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EL RECHAZO DE LA GUERRA EN EL ORIGEN DE LA UNIÓN EUROPEA decir, en esta línea, que el Príncipe debe conocer el arte de la guerra para evitar llegar a ella. La inserción plena del elemento bélico en la estructura del sistema político que desarrolla Clausewitz permite, tras la devastación, reinterpretarlo, reubicar las fichas para iniciar de nuevo el juego político conforme unas nuevas y distintas reglas. Probablemente sea debido a esta reinvención magistral de las reglas del juego -después de siglos de luchas civiles entre los euro peos- por lo que nadie escatima epítetos ni calificativos elogiosos cuando se refiere a esta etapa inicial de la construcción de Europa. Recientemente se ha referido a dicho momento el político español Javier Solana al decir que ese momento inicial es “el de la reconci liación tras las guerras. Es el momento de la genialidad visionaria, intelectual y moral. La hora de la voluntad política, de la tenacidad de los titanes”78. La genialidad visionaria a la que alude el políti co socialista era, sin duda alguna, el nuevo juego arbitrado para la geopolítica europea al que nos hemos referido antes. El geógrafo Paul Claval manifestó hace algunas décadas, en este sentido, que ulas relaciones internacionales llevan a los Estados a enfrentarse a la vez que colaboran”79, y esta es la perpetua dialéctica en que se halla, desde hace medio milenio, el microcosmos europeo de las relaciones internacionales y de su propia política. En 1948 el Plan Marshall estaba ya en funcionamiento y anegan do de ayuda económica al continente desde Inglaterra hasta Turquía. Eran momentos difíciles en los que, sin embargo, Alemania, Francia e Inglaterra (la trinidad por la que uante todo y propiamente” Ortega entendía Europa) daban pasos decisivos como la creación de la Or ganización Europea de Cooperación Económica ( oece ). Pese a todo, aún reinaba cierto pesimismo impuesto por las circunstancias. El 78 J. SOLANA en conversación con Ll. Bassets, Reivindicación de la polí tica. Veinte años de relaciones internacionales, Barcelona, Debate, 2010, 37. Javier Solana, sobrino-nieto de Salvador de Madariaga, ha sido secretario general de la o ta n (1995-1999) y primer Alto Representante de la u e para la Política Exterior y de Seguridad Común. En 2007 recibió el prestigioso premio Carlomagno. 79 Espacio y poder, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1982, 220. NAT. GRACIA LVIII 2/mayoagosto, 2011, 323-381, ISSN: 0470-3790 357
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